Por Juan Manuel Herbella | El tratamiento que lo llevó a modificar por completo su alimentación y los esfuerzos para ser número uno del mundo.
Juan Manuel Herbella
Las pizzas eran su perdición. Incluso aprendió a amasar de niño, en la pizzería de sus padres, pero de un día para el otro no las comió más. Por diferentes motivos, tuvo que suprimir el pan, el queso y disminuir la ingesta de tomate. El Dr. Cetojevic le había descubierto que las causas del malestar y la merma en su rendimiento sostenido, tenía su origen en la comida. Ya era Top Ten cuando se enteró de su intolerancia al gluten y aunque pareciese insólito, así y todo, había llegado a la elite sin saber de su enfermedad. Para alcanzar la cima emprendió un tratamiento donde tuvo que modificar por completo su alimentación. Probó comer sin gluten y evitar los productos lácteos, durante dos semanas, y la medida surtió efecto de manera casi inmediata: se sintió ligero, más enérgico, y durmió mejor que nunca. Un año después había bajado cinco kilos, se sentía más fuerte física y mentalmente. Poco tiempo después, se convirtió en número uno del mundo.
Se denomina celiaquía a la intolerancia permanente al gluten: un conjunto de proteínas que están presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y/o productos derivados de estos cuatro cereales. Con la ingesta se va generando un daño en la pared de las vellosidades intestinales, que desemboca en un cuadro de mala absorción (de nutrientes). No hay una edad de alta prevalencia, se detecta tanto en niños como en adultos. La incidencia (número de casos) es mayor en mujeres que en hombres. La sensibilidad al trigo se evalúa a través de la detección de la inmunoglobulina E (IgE) y se estima que la sufre el 1% de la población.
“Servir para ganar” es el libro donde Novak Djokovic contó su fórmula para lidiar con la enfermedad. En el prólogo, el Dr. William Davis enumera algunos de los problemas físicos que podría causar el consumo de trigo (entre ellos: colitis ulcerosa, reflujo ácido, estrés abdominal y artritis reumatoide). Para Davis, el consumo de trigo tiene: el potencial de paralizar el rendimiento, nublar la concentración mental y “hacer caer a un campeón de rodillas”. El prólogo es tremendista.
“La dieta de Nole” se basa en pescado y otras carnes blancas, frutas y verduras, frutos secos y semillas, legumbres (como garbanzos y lentejas), algunos pseudocereales (como la quinoa) y aceites saludables. Por lo que cuentan, Djokovic se transformó en un fundamentalista de su régimen alimenticio, que selecciona de manera minuciosa sus alimentos orgánicos y supervisa su cocción. El libro enfatiza sobre la importancia de un desayuno saludable con una alta proporción de carbohidratos de bajo índice glucémico: son aquellos que se digieren más lentamente y que por lo tanto no generan un pico alto de azúcar en sangre que obligue a liberar una mayor cantidad de insulina. Con respecto a la recuperación, prioriza bebidas hidratantes con suplemento de proteínas y recomienda por las noches comidas hiperprotéicas (muchas carne blanca y pescado) y hortalizas. (NdA: No menciona ingerir carbohidratos, pero no estaría mal agregar una cantidad para recuperar las reservas de glucógeno). Entre las “infidencias” Djokovic admite que, antes de los partidos, a veces usa un gel hiperglucémico con 25 mg de cafeína, si la competencia y el rival lo amerita.
Con la victoria ante Andy Murray (7-6, 6-7, 6-3 y 6-0), “Nole” se convirtió en el máximo ganador del Australian Open en la Era Abierta (por encima de Federer y Agassi). Junto con Federer y Nadal, ganaron treinta y cinco de los últimos cuarenta Grand Slams desde Roland Garros 05 (Murray 2, Del Potro, Wawrinka y Cilic, fueron los otros ganadores). Para Djokovic este es su octavo título de Grand Slam, ocupando el quinto lugar de ganadores junto con Connors, Agassi y Lendl. Federer con 17, Nadal y Sampras 14 y Borg 11 ocupan los lugares más selectos. A diferencia de los otros dos contemporáneos, Djokovic no muestra hasta el momento señales de rendimiento descendente. Las chances de alcanzar a Nadal en la tabla histórica son reducidas y las de igualar a Federer son casi utópicas. Históricamente en el tenis, a partir de los 28 años, la cosecha de títulos se enlentece: el tenis es un deporte de jóvenes. Djokovic tiene 27.
En otros deportes, como el golf por ejemplo, los jugadores no ganan su primer título importante hasta llegar cerca de los 30 años. En los PGA del último lustro, más de la mitad de los Majors fueron ganados por jugadores treintañeros (tres eran incluso mayores de 40 años). Recientemente, en el fútbol americano, el mariscal de campo (Tom Brady) del equipo campeón (New England Patriot) tiene treinta y siete (37) y sigue siendo uno de los mejores en su deporte. La longevidad no se da en el tenis. Para esa edad, el deportista ya es “viejo”. Salvo Connors y Federer, ninguna leyenda ganó un Grand Slam con más de treinta.
En su carrera por entrar en la historia grande, Djokovic, que sólo es un año menor que Nadal, aparenta estar más vigente. En su libro afirma que la correcta alimentación le ha cambiado la vida por completo. A su criterio, la composición de tenista de elite es: 10% de talento, 85% de trabajo duro y un 5% de suerte. En el porcentaje, Novak no menciona la dieta pero, probablemente, dejar la pizza haya sido parte del trabajo duro.