En el marco de manifestaciones a nivel nacional, indicaron que «es preciso reforzar la organización obrera y popular, y la convocatoria de acciones concretas de las centrales obreras, como el paro nacional y un plan de lucha, para derrotar el plan de ajuste de Javier Milei y arrancar un aumento del salario mínimo para que este llegue a los $600.000 y se puedan así cubrir las necesidades más elementales».
En la mañana de ayer jueves, el Polo Obrero y la Comisión Directiva de Agmer Uruguay por la Fuentealba se movilizaron en Plaza Ramírez, en el marco de concentraciones frente a la Secretaría de Trabajo de la Nación y de la reunión del Consejo del Salario.
Por ello, las agrupaciones reclamaron «por un piso salarial que supere la línea de pobreza». En ese sentido, emitieron un comunicado en el que expresaron: «El gobierno nacional convocó para este jueves a una reunión el Consejo del Salario, que deberá determinar la actualización y los aumentos sobre el Salario Mínimo, Vital y Móvil, actualmente en escasos $156.000. En un marco de una elevada inflación y tarifazos, el gobierno busca formalizar el ajuste sobre los trabajadores licuando los ingresos populares para cumplir con el FMI».
«La última reunión de esta índole tuvo lugar en el mes de septiembre del 2023, bajo el gobierno de Alberto Fernández, cuya última actualización impactó en diciembre, llegando al actual monto por debajo de los indicadores de pobreza e indigencia», señalaron.
Para la negociación están convocados los representantes de las principales cámaras patronales, la CGT, ambas CTAs y el propio Estado.
«Para tener una idea precisa del desfasaje del piso salarial –que se supone debería guardar alguna referencia con la cobertura del costo de vida de la población- los $156.000 actuales fueron superados ampliamente por la canasta de pobreza de diciembre ($495.798) y la canasta alimentaria para el mismo mes ($240.679)», detallaron.
Y agregaron que: «Solo considerando el 2023, el salario mínimo “creció” 151,8% contra una inflación del 211,4%, en un cuadro de retroceso más general si ampliamos el periodo hacia más atrás: una política que busca reducir los montos de las prestaciones y parte significativa de la asistencia del Estado».
«Si bien desde el gobierno no han adelantado ningún indicio de la cuantía de la actualización, por sus consecuencias inmediatas en el gasto público», explicaron, «se espera que la tendencia sea a licuar las erogaciones del Estado por medio de una suba insuficientes que no solo no recupere lo perdido ante la inflación, sino que agrave el deterioro del salario mínimo».
Asimismo, detallaron que en este campo se encuentran los programas sociales como el Potenciar Trabajo, congelados en $78.000 por mes.
Además de la prestación por desempleo, la base de cálculo para el pago de Ganancias, «el piso de referencia (82%) para las jubilaciones de la mínima que no provengan de moratorias y en los trabajadores precarizados y no registrados», subrayaron.
Y destacaron: «La caída del salario mínimo va en contraste a la suba de los precios, particularmente de los bienes alimenticios y de consumo masivo: aquellos que integran en mayor medida el consumo de las familias más pobres».
En las intervenciones de los referentes de las organizaciones convocantes coincidieron que «es preciso reforzar la organización obrera y popular, y la convocatoria de acciones concretas de las centrales obreras, como el paro nacional y un plan de lucha, para derrotar el plan de ajuste de Javier Milei y arrancar un aumento del salario mínimo para que este llegue a los $600.000 y se puedan así cubrir las necesidades más elementales».