La actriz, que se despide de Testosterona, sostiene que nunca se sintió limitada por ser mujer. Sobre su romance elige no hablar.
Este domingo, 8 de marzo, baja Testosterona, obra adaptada y dirigida por Daniel Veronese en el Multiteatro. Allí Viviana Saccone interpreta a una periodista con ambiciones de poder. Anticipa su retorno a la televisión con Milagros en campaña junto a Jorge Suárez y guiones de Jorge Maestro y Sergio Vainman.
Más allá de lo que publicaron muchos medios, ella elige no hacer ninguna referencia sobre su actual relación con un joven actor de 21 años (Santiago García Rosa), quien interpretaba el papel de su hijo en La cabra. Acepta la entrevista con esa única condición.
—Elegís obras donde se cuestiona la moral establecida, como “La cabra”, donde aparecía el amor entre un hombre y este animal. ¿Qué recuerdo te dejó?
—Me gustó mucho hacerla. No sé si hago críticas a la sociedad, pero reconozco que cuestiono y no acepto ningún dogma establecido. Debe haber una tendencia en mí, por eso me atraen los textos que muestran muchas verdades, porque no hay una única. Mientras no le hagamos daño al otro, estamos en nuestro de derecho de sentir como queramos, vivir y profesar la religión que elegimos.
—¿Qué te atrapó de “Testosterona”?
—La historia, su conflicto y el desenlace. Siento que mi personaje dejó mucho de lado para llegar a un cargo de poder, cosas importantes para mí. Siempre les dio cabida a los demás, es integradora en el trabajo, es una brillante periodista y en un momento debe tirar todo por la borda o aceptar un juego. Se ve arrinconada en ganar o perder todo.
—¿Es igual una mujer o un hombre con poder?
—Hoy no sé si se puede ser tan contemplativa con el poder. Siento que puedo seguir siendo amorosa y ejercer el poder; siempre creí que los buenos modales hacen más feliz a la gente que nos rodea, pero nunca accedí a grandes poderes.
—¿Alguna vez te sentiste limitada por ser mujer?
—No. (Piensa) No. Ni en mi profesión ni en mi vida. Hay un juego mediocre de que te manden a lavar los platos, pero hoy me causa gracia, ya no lo siento ofensivo.
—¿Te preocupa el país?
—Sí, me resulta triste y vergonzoso. Siento que estamos a la buena de Dios, que no hay a quién recurrir. Más allá de la política, que haya pasado algo así con un fiscal… no tenemos respuestas, sólo preguntas, y eso me preocupa.
—Cambió tu relación con la gente en estos últimos días. ¿No te transformaste en la bandera de algo?
—No. Mi vida sigue normal.
—¿Es la nuestra una sociedad machista?
—Creo que todavía somos una sociedad machista, y a la hora de criticar va el golpe bajo a todo nivel. El que no puede defender su idea o retirarse a su lugar con tranquilidad recibe el vapuleo del otro. Hablo en general, una es siempre quien es y la manera de comportarse y como una trata a los otros muestra cómo somos.
—Este equilibrio que tenés, ¿se lo debés al psicoanálisis?
—(Se ríe) Hago eventualmente terapia, pero busco mucho adentro mío.
“Nada personal en facebook”
En el camarín de Viviana Saccone se observan sólo fotos de sus hijas (Alegra y Serena). Las tuvo junto al director Federico Palazzo, de quien se separó en 2008. Conversa con naturalidad sobre cómo las educa. “Si lo comparo con la educación que tuve, hoy hay más libertad. Como madre les enseño que me cuestionen. Tengo un principio básico: debo cuidar su integridad física y moral, pero no debo diagramarlas, para eso deben ser seres libres e independientes y las acompaño en ese camino. Si me piden el celular les pregunto para qué. No es prohibición, pero sí cuidarlas para que ése sólo sea su mundo. Al ser pequeñas les pongo límites, por ejemplo en las comidas no hay televisión, porque es el tiempo de dialogar y vernos. La libertad más importante es demostrarles que soy falible. Las tres aprendemos, una como madre y otras como hijas. Pueden discutirme, si me equivoco me lo pueden demostrar. Siento que tenemos una relación y un vínculo muy feliz”.
Cuando se le pregunta por el mundo actual que le toca vivir, responde: “Vivo el ahora, pero tengo la suerte de que estén conmigo, con su papá o con algún adulto. Me impresiona la cantidad de desapariciones tanto de niños como de niñas y lo veo en Twitter y en Facebook. Antes era más abierta en Facebook; hoy lo uso sólo por trabajo, no pongo nada personal”.