El ciclón perdió cuatro de los seis partidos que disputó en su cancha. Tigre sigue invicto desde que llego Alfaro.
El Nuevo Gasómetro ya se convirtió en un karma para San Lorenzo. De los seis partidos que jugó en el Bajo Flores, perdió cuatro. Ayer el verdugo fue Tigre, que lo liquidó con goles de Lucas Wilchez y del colombiano Sebastián Rincón. El equipo de Victoria es la contracara: desde que Gustavo Alfaro se hizo cargo del plantel ganó los tres partidos por el torneo local que disputó.
El triunfo de Tigre fue justificado, pero trabajoso. En un partido plagado de imprecisiones logró resolver las pocas situaciones que generó. San Lorenzo salió la primera etapa con la intención de controlar el partido, pero no tuvo profundidad. Tigre, en cambio, aprovechó un error de Julio Buffarini para ponerse uno a cero.
Se suponía que durante el segundo tiempo San Lorenzo iba a reaccionar. No ocurrió nada de eso. Tigre se replegó y apostó a cuidar el gol de diferencia. Le cedió a San Lorenzo la iniciativa y la pelota, pero el Ciclón no supo qué hacer. Hasta que una escapada de Rincón cerró el partido con un derechazo que sometió a Sebastián Torrico. Recién está promediando el torneo y San Lorenzo ya lo mira de afuera. Y lo más irracional es que la mayoría de los puntos que perdió fue en el Nuevo Gasómetro.