El juicio a Rivas Declaran sacerdotes, abogados y estudiantes, entre los testigos

El lunes 1 de abril, y durante 12 audiencias, se desarrollará en los Tribunales de Gualeguaychú uno de los juicios más esperados por la opinión pública. El abogado, periodista, historiador, dirigente deportivo y hasta excandidato a Gobernador y a Intendente, Gustavo Rivas, será enjuiciado por la acusación de 12 presuntas víctimas.

 

 

 

Gustavo Rivas no es un hombre común en Gualeguaychú. Debe haber muy pocas personas que no lo conozcan. Es que este hombre de 73 años estuvo vinculado a muchas instituciones a lo largo de su vida y se preocupó por nunca pasar inadvertido. Fue dirigente de la Federación Entrerriana de Básquet, en el club Neptunia, miembro del Concejo Deliberante, ex candidato a Gobernador por la Ucedé en 1987 y a intendente de la ciudad por un partido vecinal en 1991, integró durante años la Comisión de Carrozas Estudiantiles y escribió un libro sobre el Carnaval del País en sus orígenes, entre otras tantas cosas. Tiene uno de los estudios de abogados más reconocidos de la ciudad y durante su actividad jurídica actuó en varios casos relevantes. Uno de los más conocidos fue la causa Tesorería municipal, donde defendió la actuación del contador Pedro Pomés, quien resultó absuelto. Pero ahora le toca estar del otro lado de la mesa, imputado de 12 hechos de corrupción de menores y promoción de la prostitución, supuestamente ocurridos en las últimas cuatro décadas. El juicio que comenzará el 1 de abril volverá a captar la atención de todos los medios de comunicación del país. Las audiencias fueron programadas para el 1, 3, 4, 8, 9, 10, 15, 16, 17, 22, 23 y 24 de abril. Será un juicio extenso y de mucha carga probativa. Para acelerar los pasos, ya habría acuerdo entre las partes para el primer día de incorporar por lectura diferentes informes que fueron requeridos para confirmar la participación de Rivas en instituciones, guarderías de lanchas, línea telefónica fija y la titularidad de los inmuebles que se mencionan en la causa. Pero además de las 12 supuestas víctimas, habrá un gran número de personas que serán convocadas a declarar como testigos. Hay personal y exestudiantes del Instituto Agrotécnico que habría concurrido a la casa de Rivas, y personal del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) que habría visto actitudes de menores que años atrás pasaron por alto. “Se ha citado gente que si bien no fueron presenciales directos sabían que iba con el auto lleno de chicos a su casa de Pueblo Belgrano y los hacia esconder. Cuando vivía en la calle Urquiza los hacia subir por 3 de Febrero a un auto, esconderse para que no los viera la Policía y los llevaba a Pueblo Belgrano. Tenía una situación de ingreso similar a la casa de la calle Mitre, para no despertar tantas sospechas”, contó la fiscal Martina Cedrés. “Hay sacerdotes, que por su trabajo en los barrios tenían conocimiento de situaciones particulares de chicos que volvían con mejor ropa y decían que era porque iban a lo Rivas. Eran chicos de bajos recursos, con grandes falencias intrafamiliares, en esa época eran los padres quienes debían realizar las denuncias. Toda esa gente, que tiene conocimiento porque vio a los chicos o porque alguien les contó, no supo qué hacer. Una mamá que declara como testigo víctima fue a ver un abogado a que lo asesorara para hacer la denuncia, después ella habló con otra persona y decidió no hacerla para no exponer a su hijo”, agregó la encargada de la investigación penal. Los sacerdotes son dos y oriundos de Gualeguaychú, y si bien actualmente no están en la ciudad en aquellos años realizaban catequesis y asistían a las familias carenciadas. “En ese ámbito tomaban conocimiento de que había chicos vulnerables social y económicamente,  que adquirían ropa nueva y ellos mismos les comentaban que iban a lo Rivas y mantenían relaciones; y sus padres por estar en situación de calle no daban importancia a lo que les sucedía a sus hijos”, relató Cedrés. El Ministerio Público Fiscal, que tendrá al coordinador de fiscales Lisandro Beherán sentado en el juicio, buscará que el acusado sea condenado por la máxima que establece el Código Penal de 25 años para los delitos que se le imputan. Mientras que por el otro lado, el abogado defensor Raúl Jurado aducirá que los hechos endilgados a su cliente ya están extintos y por lo tanto deberá ser absuelto.

 

La lucha de intereses estará centrada en cada una de las pruebas que serán presentadas en el debate, que la defensa tratará de poner en crisis para derribar la acusación. Por lo pronto, Rivas llega al juicio en libertad, en la misma condición por la que transitó toda la etapa investigativa. Fue citado a declarar como imputado en siete ocasiones y en cada una de ellas siempre refirió lo mismo: que se abstenía de declarar por no conocer la identidad de las 12 personas que lo acusaban. Fue recién en la audiencia de elevación a juicio que su abogado le solicitó al juez de Garantías Tobías Podestá conocer los nombres de aquellos que habían declarado bajo identidad reservada, con la excusa de que era de vital importancia para la estrategia que la defensa utilizaría en el juicio. Esta petición le fue concedida y es clave para su defensa en el debate.