La historia del rock nacional escribió un nuevo capítulo en Gualeguaychú cuando el ex líder de los Redondos cantó 27 temas durante más de dos horas, con una imponente convocatoria que ya se calcula como la más importante de la historia musical en la Argentina.
Una presentación que quedará en la historia del rock argentino, y por supuesto, también en la historia de la provincia de Entre Ríos y de la ciudad de Gualeguaychú.
El Indio Solari dio un show extraordinario en el hipódromo de Gualeguaychú, donde las primeras estimaciones hablaban de una concurrencia de entre 150 y 170 mil espectadores que llegaron de distintos puntos del país y del Uruguay, aunque la Policía estima que más de 200 mil personas llegaron el fin de semana a la ciudad.
En las horas previas, la ciudad vivió una verdadera «pasión ricotera» con epicentro en el Parque Unzué y la Costanera, pero que también se sintió en los bulevares y ya después del mediodía en toda la ciudad, plaza, plazoleta o espacio que hubo en la ciudad. El ingreso a Gualeguaychú se hizo muy lento por todos los accesos, y se formaron colas de hasta 20 kilómetros en la ruta Nacional 14.
El espectáculo
El Indio Solari realizó la presentación de «Pajaritos bravos muchachitos», junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, e invitó a los ex integrantes de los Redonditos de Ricota, Semilla Bucciarelli, Sergio Dawi y Walter Sidotti, uno de los momentos más emotivos y festejados por los apasionados ricoteros.
El show comenzó alrededor de las 22,15 con el tema Nike es la cultura, e incluyó un total de 27 canciones en un repertorio que fue desde el último trabajo solista hasta viejos temas ricoteros. El Indio Solari apoyó públicamente la campaña que se realiza a nivel local sobre HIV, y también saludó afectuosamente a las Madres de Plaza de Mayo y recordó a los desaparecidos de Gualeguaychú, «La memoria es el único paraíso del que nunca podrán expulsarnos», dijo antes de una ovación. Realizó además alguna consideración política al decir que «han vuelto muchos argentinos a nuestro país, y eso es porque tan mal no se está acá», para dar lugar a la interpretación del tema To beef or not to beef, que habla de los argentinos que se fueron por la crisis económica del año 2001. Cuando habían transcurrido dos tercios del show, Solari invitó a subir a los ex Redondos para cantar «Pajaritas pechiblancas».
Al término de ese tema reflexionó: «Linda la noche, ¿verdad?», y luego bromeó en italiano «andiamo di festa con questa orquesta», y siguieron clásicos ricoteros como «Fusilados por la Cruz Roja», «El Infierno está encantador», «Ya Nadie va a escuchar tu remera», «Roto y Mal Parado» y hasta un inédito como «Nene Nena». Sobre el final, hizo «Todo un Palo», otro de los himnos con sus compañeros ex Redondos, con quienes hasta bromeó con el público que cantaba abajo: «Solo te pido que se vuelvan a juntar». La fiesta terminó con «Ji ji ji», un clásico redondito suele cantar en los cierres, y así provocó el pogo más grande del mundo, con «la orquesta más grande del mundo», volvió a bromear. Miles de personas bailaron en medio de una noche fresca y sobre el barro que había en el hipódromo, una nota para lamentar del recital, además de algunos increíbles problemas en el sonido, dos circunstancias sobre las que se disculpó Solari: «La lluvia no ayudó, no alcanzaron las máquinas ni el esfuerzo de los muchachos para mejorar el terreno», dijo al iniciar el show, ya con 170 mil personas chapoteando en el lodo. Sobre el sonido aseguró que hubo problemas de delay (retraso de la voz) en las últimas torres de sonido, a casi 500 metros del escenario. «Es que cada vez somos más… ya no sé como agradecer tanta fidelidad, ojalá tengamos una noche mágica», dijo y cumplió. Las multitudes se fueron con barro en los pies, música en la cabeza y alegría en los espíritus. El Indio lo hizo otra vez.