ShowMatch incomoda y despierta polémicas fervorosas, pero sigue generando rating, poder, repercusiones y dinero. Volvió y es el programa más visto de la televisión argentina. El ritmo se lo dan el talento del conductor y la producción.
La belleza, como el amor, es lo único serio en la vida; serio como la sonrisa.” (José María Eguren, Noche azul). La convicción de Stanislavsky sostenía que, cuanto más aprenden los actores a improvisar, más capaces serán de creer la realidad humana de los personajes y sus situaciones. Tal vez Marcelo Tinelli no leyó a Stanislavsky, y sin ser actor, lo que hace en ShowMatch se le parece bastante. Desde que arrancó en la conducción, muchos intentan banalizar su talento en el difícil arte de entretener, pero la realidad de los números del rating y su influencia masiva en todos los segmentos sociales, los desmiente, aunque sigan pensando lo mismo. El año pasado la industria televisiva hubo de extrañarlo. Es probable que haya sido una sucesión de malos entendidos –El Trece-Telefe– su sociedad con Cristóbal López-el Gobierno–, lo que generó su ausencia. O no. Faltó entonces el gran show de la televisión argentina. El reality. Con 120 productores trabajando para generar las –mínimo–ocho horas del show estrella de la televisión nacional semanales. Algunos números para saber: promedio anual ShowMatch 2010, 28 puntos; 2011, 29,6 puntos; 2012, 22,1 puntos según Ibope.
El lunes pasado volvió Tinelli armado con los mejores bailarines clásicos del país como Eleonora Cassano, Maximiliano Guerra, Hernán Piquín, Mora Godoy, por supuesto, los mediáticos como Vicky Xipolitakis, que logró divertir con sus salidas espontáneas (confundió “bowling” por “bullying”), un jurado renovado con Nacha Guevara y Soledad Silveyra, además de Moria y Polino. Se notó el esfuerzo por buscar la excelencia en un género no muy apreciado como lo es el reality. A eso, y para sumar polémica, el “Gran Bailando” que debutó con la imitación de Fredy Villarreal a Daniel Scioli. Un buen espacio para poner nerviosos a todos los políticos en campaña en estos 16 meses que faltan para las elecciones. Pasó algunas facturas, entre ellas la del Fútbol para Todos. Con todo ese menú, entretuvo. El lunes 28, cuando apareció modificó el prime time, que pasó en Telefe de 11,3 a 11,6 (con el cambio de Avenida Brasil), y en El Trece de 11,7 a 12,2, siendo el primer programa del día. La suma de los canales abiertos subió a 40,9 y el total cable 28,5. El martes mantuvo su ventaja sobre la novela brasileña (26,7 a 21,5) y el jueves 1º de mayo volvió a ser lo más visto del día. En una televisión abierta deprimida, con bajo encendido, mucha programación enlatada, tendrá que pelear el minuto a minuto con garra. Después de todo, la lucha de los canales no deja de ser un “juego de tronos” y el trono de hierro, hasta acá, lo tiene Marcelo Tinelli.