Desde el ’86, la Virgen no nos fía. Quedan pocas estrategias. Eso sí, nos sobra drama y mala suerte. Quién es el yeta.
“Che, ¿pero esto estuvo así, tan jodido, siempre?”, le pregunté a Silvina. “Ay, sí”, sonrió. “Bueno, de última, ya tengo el título: Paja en el Mineirão”. Nos miramos desconcertadas: yo, por preguntarme de qué se reía. Ella, supongo, por lo brutal del titular.
Y que nadie se escandalice. Mucho menos que se ofenda. El partido fue una paja. No, de ésas, no. De las otras. Las que la Real Academia Española define como “cosa ligera, de poca consistencia o entidad” o “lo inútil y desechado en cualquier materia”.
El partido fue eso. Irán, trámite, memorándum de entendimiento, Timerman, todos terroristas. Digan lo que quieran, pero esto es un Mundial. La agonía pasó de ser impensada, a inesperada y, de ahí, a innecesaria. El partido no mejoró sino hasta los últimos minutos. Ni 4-3-3 ni 5-3-2. El pibe tampoco, pero al menos no vomitó.
Buena parte del encuentro discurrió, triste, trabada, en un cuarto de cancha. Casi todos ahí. Y cuando digo “casi todos”, es porque, claro, descuento a Romero. El resto, apelmazado contra el área iraní. De amenaza, poco y nada.
Mis colegas, que sí saben de fútbol, vieron estrategias, cambios, alternativas. Entre ellas, juran que no era necesario sacar a Higuaín, sobre todo cuando el juego aéreo de Irán era superior al argentino. Quienes vemos otra cosa, por ignorancia pura, nos aferramos a lo que está más allá de toda razón (pero es igual de efectivo para inventar razones): las cábalas. Pese al intento del Checho Batista, la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral ya no nos fía, así que nos quedan los cuernos, dedos cruzados, promesas a Pilatos y la madre de todos. Hay un drapie entre nosotros. Esto no se explica…
Todo gris. Todo negativo. Hasta el minuto 91 y un gol de Messi que nos devolvió el alma al cuerpo. Sugestivamente, ÉL se había ido de la cancha minutos antes. Piénselo, ojo. Vos también, Sabella. Pensá esto y otras cosas más. Habremos pasado a octavos, pero evitemos un drama de éstos con Nigeria y los que vengan. Nos va a dar algo.