El Gobierno dispuso una nueva postergación de una suba del impuesto a los combustibles, que tendría que haber operado desde el primero de julio y pasará para el primero de noviembre, de modo que hasta ahora acumula incrementos de hasta el 185%.
Según estimó en un informe Sebastián Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios, «no se han aplicado las actualizaciones del impuesto fijo que correspondía al tercer y cuarto trimestres calendario del año 2021 y al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres del año 2022 y al primer trimestre de 2023».
«En los últimos años, solamente se practicó el ajuste del primer y segundo trimestre de 2021 y fue del 25,32% a partir de octubre de 2022», señala el tributarista.
El reporte sostiene que «esto ha generado un incremento potencial que, al aplicarse, aumentará sustancialmente el precio de los combustibles con su correspondiente impacto inflacionario».
«Ese aumento potencial, se iba a aplicar a partir del sábado 1° de julio de 2023 y hubiera sido del 185,5967961% si no se volvía a suspender y postergar, como se hizo mediante el Decreto 332/2023», indica el trabajo.
La norma apareció publicada en el Boletín Oficial y justifica la postergación al señalar que «debe tenerse en cuenta que, tratándose de impuestos al consumo y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles».
Domínguez sostuvo: «Más allá que la medida beneficie a los consumidores de combustibles y no sea un factor más de incremento de la inflación, es importante mencionar que esas suspensiones y postergaciones deberían disponerse por Ley dado que el Poder Ejecutivo tiene vedado dictar decretos de necesidad y urgencia en materia tributaria».