Este martes 7 de diciembre se conoció la triste noticia del fallecimiento Enrique Irel, el Mago, un jugador excepcional que supo disfrutar Engranaje pero también todo el amante del fútbol de nuestra ciudad.
Quienes peinan canas recuerdan y cuentan aquellas proezas y habilidades que a Enrique le fueron forjando el sobrenombre de “Mago”. De esos jugadores que superion mezclar la capacidad técnica, la destreza y las habilidades, con toda la picardía propia del potrero y del barrio.
Figura de aquel Engranaje del 69′, campeón invicto, regando las canchas de fútbol por toda la ciudad. El Mecánico y toda la familia de ese club forjado en el barro y en el barrio, lo despidieron ayer con tristeza, y seguramente con alguna anécdota, con el recuerdo de alguna jugada mágica, de esas que le gustaba tirar a Enrique Irel, en aquellas épocas de escasas cámaras y muchos recuerdos.
Quiso el destino, que partiera el mismo día que otro habilidoso número 10, Alejandro Sabella, a quien también Roberto Perfumo bautizó el “Mago”.
El fútbol se va quedando sin magia. Un legado de mucha historia para el fútbol uruguayense quedan en aquellos botines colgados del Mago Irel, y su estampa que sigue surcando la cancha de su Engranaje inmortal.