La novela que emite El Trece es el fenómeno en que el público se refugia, en medio de un enero difícil. Una historia poética, con exteriores deslumbrantes.
El último lunes, la noticia de la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman copaba la televisión abierta y el cable. Eso, sumado al clima social, hacía suponer la atención del público concentrada allí y que coparía toda la programación. Sin embargo, y como muestra de su poder de atracción, ese mismo día Las mil y una noches alcanzó los 18,5 puntos de promedio de rating, y es lo más visto de la televisión argentina, según Ibope. A tres semanas del debut, la novela turca venció a su rival directa, la tira de Globo Rastros de mentiras, y desplazó a Viudas e hijos del rock & roll, que era la ficción número uno (ambas de Telefe). El éxito de la historia de amor (la de ficción y la de la vida real) entre Onur y Sherezade hizo que El trece la cambiara de horario a partir de mañana, a las 22, y detrás la local Noche & Día.
Si se respeta el formato de una hora, la novela tendrá alrededor 270 capítulos, cien más que la versión original de noventa minutos semanales. Al canal le sobrará tiempo para formar un tándem junto a ShowMatch, e intentar arrebatarle el liderazgo que Telefe consiguió en 2014 gracias a otra gran producción extranjera, Avenida Brasil. Se espera la vuelta de Marcelo Tinelli en abril y fue uno de los primeros en felicitar por el éxito vía Twitter a El Trece. En Ideas del Sur sueñan con que la pareja protagónica podría sumarse al “Bailando”. Muy difícil, por no decir imposible, a no ser que logren un sponsor, porque sólo para venir al país Halit Ergenc y Bergüzar Korel habrían solicitado unos 100 mil dólares cada uno, más lo de siempre en las estrellas: vuelo en primera, chofer a disposición y hotel cinco estrellas. Una fortuna, casi lo que cuesta en promedio rodar un capítulo de la ficción turca.
Por la imponencia de los exteriores grabados en Estambul y Dubai, la novela cautiva con un nivel de imagen que no se encuentra en ficciones made in Argentina. Sin ser la más costosa (el récord lo ostenta El sultán, también con Ergenc, costó 500 mil dólares por episodio), los 125 mil dólares por capítulo que habría invertido la productora TMC le abrieron las puertas del mundo a las ventas de contenidos turcos, que en cinco años pasaron de facturar un millón de dólares a 130 millones. En tanto, Las mil y una noches ya se vendió a más de 45 países. En América Latina ( en breve se estrena en Brasil), fue Chile el primero en ver el negocio.
Tal como publicara PERFIL, del otro lado de la cordillera afirman que el canal Mega habría pagado apenas 2.500 dólares por capítulo, cifra que a partir del éxito se multiplicó por diez. Los números que dejó la ficción fueron tan impresionantes para el canal, que pasó de ser tercero a líder de audiencia y consiguió casi duplicar su participación en la torta publicitaria. Mientras aquí las librerías porteñas aprovechan el revuelo para poner en vidriera ejemplares de la compilación de relatos, tan grande fue el boom en el país trasandino que en un año subieron un 25% la venta de pasajes con destino a Turquía y en 2014 se registraron decenas de niñas y niños bautizados con el nombre Sherezade y Onur.
Además de una producción que brilla y guiones sólidos, otro de los grandes atractivos es la historia de amor que atravesó la pantalla. Aunque ya habían tenido un acercamiento cinco años atrás que el padre de la actriz se encargó de bloquear debido a la edad del galán (es 12 años mayor), ambos protagonistas se enamoraron en los sets de grabación y abandonaron a sus respectivas parejas: Bergüzar estaba comprometida con el bailarín Tan Sagturk y Halit se casó en 2007 después de dos meses de relación con Gizem Soysaldi, una actriz ignota a la que conoció filmando una película. En el medio llegó la muerte de su padre y el suicidio de su sobrina, por lo que el reciente matrimonio comenzó a fallar. Fue entonces cuando Halit se acercó a Berguzar y dejó a Gizem a siete meses de haberse casado.
La novela se dejó de emitir en Turquía en mayo de 2009 y para agosto “Onur” y “Sherezade” ya estaban unidos legalmente y al poco tiempo nació su hijo Alí. Gizem también se casó con un primo lejano de Halit, el director Hüseyin Karabey, premiado con el Astor de Oro en el último festival de cine de Mar del Plata. En una entrevista le preguntaron a Halit si llevaba en los genes lo mujeriego de su padre, el cual tuvo cinco matrimonios. “Sí que los tengo. Yo era muy salvaje, tuve un montón de mujeres. Vivía de flor en flor, pero Bergüzar y Alí me hicieron sentir completo. Ya se acabó. Ella y yo estamos indisolublemente ligados”, afirmó, aunque a comienzos de 2013 aparecieron fuertes rumores de divorcio tras un supuesto amorío con su compañera en El sultán, Deniz Cakir.
Luego de Las mil y una noches, Bergüzar se dedicó más a las tareas de madre y su esposo aprovechó su creciente cotización para protagonizar la ficción más exitosa y polémica de la historia turca hasta ahora. Por su interpretación del sultán Suleimán habría cobrado más de 5 millones y medio de dólares, mientras la serie acumulaba un sinnúmero de denuncias en el Consejo Supremo de Radio y Televisión. La mayoría de los reclamos eran por no representar de forma fiel la vida del histórico personaje, dado que la ficción se enfoca principalmente en intimidades familiares y en retratar su harem. De hecho, el actual presidente turco, Recep Erdogán, dijo: “Yo maldigo y condeno a los realizadores de esta serie y a los propietarios de esta cadena de televisión”. Lo cierto es que su fama crece como su cuenta bancaria, ya que además de lo que percibe como actor también es accionista de una red social turca que busca competir con Facebook.
Halit acaba de rechazar una propuesta para otra novela, por 65 mil dólares por episodio, porque desea dedicarle tiempo a su familia y a la música. El próximo 6 de febrero se presentará en el Centro Cultural Sanat cantando junto a la Orquesta Sinfónica de Cine de Turquía, con repertorio de bandas sonoras de películas y musicales. En la Argentina, lo esperan ansiosos porque el rating de Las mil y una noches siga batiendo recórds.