Estrenó 50 sombras! el musical en el Picadilly. Dice que Massa es honesto y que aceptaría una banca en el Congreso. 
A los 51 años, Fabián Gianola está que arde. En el escenario del Picadilly aparece con el torso desnudo, rodeado de elementos sadomasoquistas y un sillón en forma de pene gigante. Allí, interpreta a un histriónico y crecido Christian Grey en el espectáculo 50 sombras! el musical, parodia del best seller de E. L. James. “No leí los libros –cuenta–. Me junté con un par de mujeres que los leyeron. Algunas me dijeron que no les había pasado nada, que era una historia muy cursi y no les había llamado la atención y que no las excitaba, y a otras que sí, que se recalentaban, y que a los libros se lo ‘comían’ en tres o cuatro días”. Sentado en su pequeño camarín, Gianola muestra signos de cansancio. “Vengo de ensayar tres meses, trabajando la voz con Clara Terán y Martín Bianchedi, más notas y el estreno. Fue un combo tremendo”.
—Y la polémica con Echarri, ¿te pesó eso también?
—No. Es un asunto terminado que pasó hace un año y medio, cuando dije en una nota radial que este gobierno premia a los que apoyan y castigan a los que no, algo que sigo sosteniendo, y el periodista nombró a Echarri, Del Boca, Pauls, Coco Silly. Yo no los nombré. Al otro día salió el título: “Gianola duro con Echarri”. Volvió por necesidad de polémica de la televisión. A mí me tiene sin cuidado.
—¿Qué va a pasar después del 10 de diciembre?
—Hay un 75 % de la sociedad que pide a gritos un cambio, y los políticos si no son sordos deben realizarlo. Estamos en un país con tremendos problemas sociales y económicos.
—¿Sos amigo de Massa?
—No. Me preguntaron sobre quién me gustaba, y como vivo cerca de Tigre (Malvinas Argentinas), Sergio ha hecho una gran labor. Me cae bien, es un intendente serio. Nos cruzamos en la inauguración del teatro Niní Marshall y en ese momento me agarró del brazo y me dijo “Soy Sergio Massa”. Y le pregunté: “¿Cuándo te largás?”. Me contestó: “Si me largo, ¿vos me acompañás?”. Le dije que sí, acompañar con el voto. Después me invitó a su casa, humilde, sencilla, a tomar mates con medialunas un sábado a la tarde, y me ofreció estar.
—¿Lo ves honesto?
—Si no lo hubiese visto honesto, no estaría con él. El no está procesado, eso habla de la honestidad, porque la Justicia que es 90 % connivente con el Gobierno, y si tuviese alguna punta de algo oscuro era motivo para armarle una causa.
—¿Aceptarías estar en el Congreso?
—Sí. Estoy armando un proyecto para los actores en cuanto a las ficciones y la necesidad de trabajo.
Padre de Camila (19) y Nicolás (15), Gianola cuenta que su compromiso político aumentó cuando su hija le dijo, después de terminar la carrera de Ingeniería en Administración Sustentable en la Tecnológica de Monterrey, México: “Papá, no sé si viviré en Argentina. Así como está, no vuelvo”. “Hay mucha gente yéndose a otros países: Brasil, Chile y Perú. Sabe del esfuerzo para llegar a fin de mes, y del miedo de que te afanen en un semáforo”.