El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este lunes que los ataques contra periodistas durante un acto el domingo fueron obra de «infiltrados», al tiempo que criticó la cobertura dada por la prensa a esos hechos.
Bolsonaro fue la figura principal del encuentro frente al Palacio del Planalto, sede del gobierno, donde fueron golpeados e insultados varios periodistas, mientras manifestantes clamaban por el cierre del Congreso y objetaban la cuarentena por el coronavirus decretada por los gobernadores.
En cinco minutos de diálogo con la prensa, Bolsonaro criticó la cobertura dada a los ataques a periodistas por la TV Globo el domingo por la noche.
Los seguidores del mandatario de Brasil, presentes en el lugar, varios con la camisa amarilla de la selección nacional de fútbol, celebraron sus palabras y corearon la consigna «Globo basura».
En tanto, jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil y el titular de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, repudiaron las agresiones sufridas por los periodistas.
«Agredir a periodistas es una agresión a la libertad de expresión y a la propia democracia. Esto debe quedar muy claro», afirmó el juez Gilmar Mendes, del STF.
Por su parte, Alexandre de Moraes, también ministro del Supremo, sostuvo que «las agresiones contra periodistas deben ser repudiadas por la cobardía de esos actos y porque hieren a la democracia y el Estado de Derecho, y no pueden ser toleradas por la sociedad».
Maia dijo que «cabe a las instituciones democráticas hacer valer el orden legal sobre ese grupo que confunde hacer política con imponer el terror».
Periodistas del diario Estadão de S. Paulo fueron agredidos el domingo con puntapiés y empujones por simpatizantes del Presidente frente al Palacio del Planalto, en el centro de Brasilia.
Profesionales de los diarios Folha de San Paulo y O Globo fueron insultados por los manifestantes, que vocearon consignas contra el STF, el Congreso, el exministro de Justicia Sérgio Moro y repudiaron la cuarentena decretada por los gobernadores contra el coronavirus, que ya costó la vida de más de 7 mil brasileños.
El mandatario saludó y estrechó las manos de algunos de sus seguidores, además de afirmar que «las Fuerzas Armadas están junto al pueblo» y advirtió que no «tolerará más interferencias», de la corte y el parlamento.