Son una profesional del Hospital Fernández y el jefe de Cirugía plástica del Quemados. Además, el jefe de Endocrinología del Hospital Ricardo Gutiérrez ingresó el jueves a la Unidad de Terapia Intensiva.
Héctor Ortiz, de ATE: «Ya murieron 17 trabajadores de la salud de hospitales públicos de la Ciudad desde que comenzó la pandemia»
Una médica del Hospital Fernández que se había negado a recibir la vacuna contra el coronavirus en la primera etapa de inmunización y el jefe de Cirugía Plástica del Hospital Municipal de Quemados fallecieron en los últimos días, confirmaron personal de Salud y desde el Ministerio de esa cartera porteña.
Además, agregaron que el titular de Endocrinología del Hospital Ricardo Gutiérrez ingresó el jueves en terapia intensiva, donde es asistido con respirador.
La médica María Rosa Fullone, de 56 años, murió este jueves tras permanecer internada por coronavirus desde el 19 de febrero; mientras que Carlos Sereday, de 65, jefe de área del Hospital de Quemados, falleció el sábado pasado.
«Fullone era médica generalista del Servicio de Emergencias del Hospital Fernández, había entrado en la primera tanda de vacunación por estar en la primera línea de atención, pero no quiso vacunarse y después tomó turno para el 23 de febrero, pero el 19 se enfermó con Covid», informaron a Télam fuentes del Ministerio de Salud porteño.
Por su parte, el director del Hospital Fernández, Ignacio Previgliano, explicó que»cuando apareció la publicación de la revista The Lancet, María Rosa decidió vacunarse y tenía turno para el 23 de febrero, pero el 19 empezó con los síntomas».
Al respecto, dijo en declaraciones televisivas, que Fullone fue parte de un grupo de profesionales que optó por no aplicarse la vacuna cuando comenzó el esquema dispuesto por la administración porteña con la llegada de las primeras 1.400 dosis de la Sputnik V.
La médica «tuvo una insuficiencia respiratoria, ingresó a terapia intensiva y cuando estaba mejorando, tuvo una hemorragia cerebral y falleció ayer», según precisaron fuentes del Ministerio de Salud porteño.
Fullone era especialista en Dermatología, madre de tres hijos y hacía más de una década que tenía su propia clínica de Dermatología y Medicina Estética en el barrio porteño de Villa Devoto.
Tras su muerte, familiares y colegas la despidieron con una carta en redes sociales en la que resaltaron que «ella no hacía distinciones, para ella siempre un paciente era una vida, era una familia entera. Un paciente era alguien que estaban esperando en una casa ese día, y sea quien sea había que darlo todo».
«Médica de muchas y de muchos, no tenía horarios para ayudar. Hoy te recordamos con tristeza y con el corazón lleno de orgullo. Fue un ejemplo de mujer, de mamá y de abuela. Hoy terminó su carrera acá en la tierra y comenzó otra en el cielo», expresaron.
En tanto, Sereday murió el sábado en el Sanatorio Mater Dei, adonde había sido internado 20 días antes por una falla respiratoria, y luego de haber cursado la infección por coronavirus en enero con un cuadro grave.
Con más de 30 años de trayectoria, Sereday era médico especialista en cirugía reparadora y quemados.así como también era miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica e integrante activo de Burn Care and Reconstructive Surgery Medical Group.
Desde el Ministerio de Salud local afirmaron a Télam que resta vacunar un 30% del personal de salud pública.
Tras su muerte, colegas organizaron una misa en su recuerdo que se realizó el martes pasado y fue trasmitida a través del canal de Youtube del Mater Dei.
Entre los mensajes que se publicaron durante la ceremonia, se leían frases de dolor y tristeza por la muerte del médico, a quien recordaban como «un gran profesional, una excelente persona y un hombre intachable».
Jorge Gilardi, presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires, dijo a Télam que «es insostenible que alguien muera por no estar vacunado y siendo parte del equipo de salud», y afirmó que «nuestro homenaje» a los trabajadores fallecidos «será seguir reclamando por las vacunas».
Según estimó el dirigente, en el distrito porteño resta vacunar «entre el 20 y el 25%» de los trabajadores de la salud, por lo que consideró que «vacuna que llega a la Argentina, vacuna que tiene que estar destinada» a ese sector.
El enfermero del Hospital Durand y Casa Cuna, Héctor Ortiz, integrante del gremio ATE, advirtió a Télam que «ya murieron 17 trabajadores de la salud de hospitales públicos de la Ciudad desde que comenzó la pandemia, diez son enfermeros, el resto médicos y empleados. Ya no sabemos más qué hacer».
A su vez, fuentes agremiadas de ATE y psicólogos del Hospital Álvarez confirmaron a Télam que Ignacio Bergadá, jefe de Endocrinología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, ingresó recientemente a Terapia Intensiva por coronavirus y «no estaba vacunado».
Según los datos publicados por la Ciudad, al 4 de marzo, se aplicaron 124.631 vacunas a personal de la salud pública, de las cuales 97.558 correspondían a la primera dosis y 27.079 a la segunda.