Con el cuestionamiento maradoniano sobre su falta de personalidad latente, Messi se le plantó a un rival boliviano que lo fue a buscar. Una postal muy pocas veces vista del 10. Una imagen de carácter que muestra con la pelota. Leo es buena persona, pero no tiene personalidad. No tiene personalidad para ser líder”. La piedra la tiró Diego Maradona, pero no fue la primera. Si algo se le achacó siempre a Lionel Messi es cierta imagen de chico apagado, tímido, dócil, incapaz de insuflar ánimo con su presencia o con su carisma. Siempre se lo consideró una suerte de líder dentro de la cancha, la referencia futbolística alrededor de la cual gira ese mundo redondo que es la pelota.
Pero alejado de esas cuestiones que hicieron de Maradona lo que fue -y sigue siendo aun con sus vaivenes Maradona. El martes, contra Bolivia, Messi se plantó. Dio la cara. No en lo futbolístico, algo normal. Cansado de una persecución sin sentido en un partido que estaba definido, reaccionó después de una patada. No esperó que nadie le hiciera de escudo. Se levantó luego del rodillazo de Jhasmany Campos y se le puso frente a frente. Apoyó su frente contra la del boliviano, marcando territorio. Y después del manotazo con el que el rival intentó sacárselo de encima, siguió buscándolo. Le preguntó dos, tres veces, qué le pasaba.
Avanzó mientras el otro se iba de la escena y llegaban los demás a separarlos. Hizo una de Diego. ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Es ésa la muestra de personalidad que muchos estaban esperando? Como sea, la imagen dio la vuelta al mundo, como otras veces la dan sus gritos. Esta vez no era una sonrisa, una boca llena de gol, el aplauso a sus compañeros. Esta vez era él, el capitán de la Selección. Mostrando una reacción en caliente que se le ve pocas veces. Diego Armando Lio. “No esperaba ese tipo de marca. Me da lo mismo que me hagan personal o no. Pero fue raro por el resultado. Ellos ya estaban afuera y nosotros clasificados. No lo esperaba pero bueno, se dio así”.
-Te enojaste con el 10. ¿Estás menos tolerante?
-El ya había pegado un par en el primer tiempo y no había necesidad, por el minuto de juego que iba y cómo estaba el partido. Pero no pasa nada, al final terminamos hablando. El hizo lo que le dijeron que hiciera -le dijo a Olé tras el partido.
-Hiciste un par de pisadas lindas y un caño bárbaro.
-Hice lo que podía. No tenía muchas opciones con un hombre siempre pegado atrás y se hacía complicado agarrar la pelota con espacios.
La mirada de Campos fue distinta: “Fue un roce. Yo noté que él entró a querer sobrar a mi compañero y me molestó. Cuando te están ganando, no se puede ser frío, tiene que molestarte un poco. Pero fue una calentura del momento. Si él no se hubiera levantado así, no habría reaccionado. Soy su admirador y es el mejor del mundo, pero parece que no se le puede pegar una patada”, dijo el 10 boliviano.
Pasó Bolivia y llega la parte decisiva del torneo, con Venezuela como escollo. Leo fue sumando minutos de menos a más. No entró frente a Chile, jugó media hora mágica contra Panamá y 45 minutos más exigentes contra el último rival del grupo. ¿Es más líder por lo que hizo? ¿Tiene más personalidad? La jugada que mejor lo define es ese caño maravilloso al arquero -anulado por offside-, una de esas perlas de colección. Eso es Messi. Fútbol. No Lío.
(Fuente: Olé)