Se trata de una mujer de 43 años quien brindó datos claves a su hijo y a un amigo de éste para que asaltaran a las mujeres para las que trabajaba. Los tres permanecerán detenidos en Concepción del Uruguay.
Los tres detenidos por el asalto a una familia permanecerán bajo prisión preventiva por 60 días, según así lo dispuso la jueza de Garantías suplente N°1, Alejandrina Herrero, tras la audiencia.
Se trata de Rosana Elizabeth Olivera, de 43 años; su hijo Juan Román Griffin, de 18; y Walter Rafael Gómez de 21 años, amigo de este último.
Olivera era empleada doméstica de las víctimas del asalto y aprovechó de la confianza de las mujeres para entregarlas; el hecho ocurrió el miércoles 17 en la vivienda ubicada en calle Perú al 300. La fiscal María José Labalta expuso a la jueza que Griffin y Gómez ingresaron a la casa y sorprendieron a la dueña, de 64 años, y a su hija, de 30, a las que amenazaron apuntando al pecho con un arma de fuego, maniataron y despojaron de celulares, CPU, una notebook, dinero en efectivo moneda nacional y una importante suma de dólares, para luego escapar.
Inmediatamente de conocido el hecho, la fiscal ordenó buscar y relevar cámaras de seguridad de la zona, tarea que realizó el personal de Investigaciones. Así se pudo ver en dos grabaciones a los sospechosos que, si bien las víctimas no pudieron identificar por sus rostros cubiertos, se los identificó por las ropas que llevaban al momento del atraco y las observadas en los videos antes y después del robo.
Lo más llamativo fue ver que ambos ladrones se encontraban con una mujer, la cual fue reconocida por las damnificadas, ya que se trataba de la empelada doméstica que esa mañana faltó a trabajar, sin dar aviso, y fue señalada como quien pasó los datos para el robo.
Las pruebas llevaron a los allanamientos que permitieron los secuestros de ropas claves para el caso, varios celulares, algunos ocultos; siendo que, llamativamente, los sospechados dijeron no tener telefonía celular propia.
La fiscal confirmó que, durante los allanamientos, la empleada doméstica y entregadora, recriminó a su hijo que apuntaran con el arma a las víctimas, palabras que fueron escuchadas por los funcionarios policiales que llevaban adelante la diligencia y que también es prueba importante a la hora de ir a juicio, que contempla severas peñas de cumplimiento efectivo, más allá de que estas personas no tengan antecedentes. Labalta resaltó la gravedad del hecho, el temor que esto infundió y sigue vigente para las víctimas y el serio perjuicio ocasionado, ya que una de las computadoras es de vital importancia para la joven, dado que contiene documentación y archivos muy importantes para su carrera universitaria.
Por estas razones y con la intención de velar por las damnificadas y los testigos, fue que solicitó la prisión preventiva por 60 días.
A su turno, el defensor oficial, Sebastián Arrechea, desarrolló un extenso y efusivo alegato, intentando desacreditar los dichos de la parte acusadora y tratando de demostrar que sus representados son, en esta etapa, inocentes y es la Fiscalía la que debe comprobar su culpabilidad, pero además resaltó que, quienes entraron a la casa para robar, no eran personas violentas ya que no maltrataron a las víctimas y eso quedaba demostrado por cómo las maniataron débilmente y comparó a estos ladrones señalándolos como novatos, a diferencia de personajes como Larrosa y Herling, condenados por su accionar delictivo de experiencia. Pese a los esfuerzos de Arrechea, la jueza sostuvo que la Fiscalía tenía elementos más que suficientes para sostener la acusación y solicitar la prisión preventiva, por lo que dispuso que todos permanezcan alojados por 30 días en dependencias policiales y luego sean derivados a unidades penales hasta que se vuelva a tratar su situación. Fuente 03422