Pese a que muchos negaron la convocatoria extendida a la sede local del PJ, la presencia excedió largamente la lista de consejeros departamentales y dirigentes cercanos al armado territorial que, según la orden bajada desde Paraná, debían acompañar la visita de Sergio Urribarri.
En el lugar, las caras no daban para festejos pero igual todos dijeron lo que se esperaba que dijeran, incluido el propio Carlos Schepens que, además de Intendente, es el titular departamental del partido de gobierno. «Todos te vamos a apoyar, porque nunca estuvimos tan cerca de tener un entrerriano en la Casa Rosada», expresó Schepens, mirando a Urribarri, mientras el Gobernador escuchaba serio la palabra del jefe comunal, con quien se había reunido un rato antes en su despacho. En primera fila, Carlos Scelzi (Jr.), Hugo Cettour, de mala semana y Marcelo Bisogni, a quien algún medio que habitualmente participa de operaciones del scelzismo, ligó a Daniel Scioli. Una columna de la galería ofició de soporte a José Lauritto, uno de los más necesitados del éxito del cónclave. Todos esperaban los titulares del sábado, que no se hicieron esperar.
La idea-síntesis era mostrar en la prensa provinciana el alineamiento absoluto del distrito que faltaba tachar en el cuadro de adhesiones a la precandidatura presidencial de Urribarri. El mandatario entregó un par de frases para el análisis, que rompieron la modorra de su extensa intervención. «Me subí al ring para ganar esta pelea», dijo, más como respuesta al candidato massista, Adrián Fuertes, que había puesto en duda la veracidad de su postulación. Así lo entendieron varios de los presentes, que no lograban soldar la referencia a alguna cuestión local. Pero la novedad la trajo su alusión al lugar desde donde acompañará la evolución del proyecto kirchnerista. Desde donde Cristina decida hacerlo, deslizó en su discurso, cosa que abrió más de una especulación.
Apareció el Plan Maestro
En la reunión mantenida en la intendencia, el primer mandatario entrerriano definió realizar gestiones ante el Ministerio de Planificación Federal referentes al Plan de Agua, la defensa y desagües cloacales. También se estableció encarar otras a través de la provincia y el municipio, entre las que se cuentan trabajos de asfaltado, gas natural y estudios de cuencas, entre otros. La noticia fue parte de las declaraciones del propio Urribarri, quien de ese modo trajo a la agenda un tema que las autoridades municipales han mantenido frizado en los últimos meses y que suele aparecer sólo al inicio de la época estival.
Las dudas de Fuertes
El precandidato a gobernador por el massismo mostró su preocupación por cómo competirá con Gustavo Zavallo, el otro candidato a gobernador de ese sector. Desconfía que se repita la historia de 2007, cuando el entonces gobernador Jorge Busti acomodó los tiempos y las leyes para que la candidatura de Julio Solanas no afecte a su delfín de entonces, Sergio Urribarri. Por eso, al plan A de llegar a tiempo con la formación de un nuevo partido, Fuertes suma un plan B, que consiste en utilizar la personería de algún partido ya existente. «No se puede saber bien, porque cuatro vivos manejan los tiempos y las leyes sin decirle nada a la comunidad política entrerriana. No sabemos ni cuándo son las elecciones ni cuando se vota», lamentó ante Página Política.
Fuertes mira el almanaque, saca cuentas y calcula que si se repitiera el proceso de las elecciones de 2007, cuando se votó gobernador el 18 de marzo (siete meses antes de las elecciones nacionales) el cronograma electoral para 2015 empezaría en septiembre de este año. «Ya lo hicieron una vez ¿por que no lo volverían a hacer?», se pregunta. A su juicio, que Urribarri se haya anotado como precandidato a la presidencia de la Nación no suma ninguna certeza de simultaneidad de elecciones provinciales con nacionales. Duda de que efectivamente llegue a competir y cree que está haciendo todo lo que está haciendo como postulante para suceder a Cristina simplemente para no perder poder.