Casi sin recursos, pero con ingenio, tenacidad y esfuerzo desde Gualeguaychú se logró dar con una banda de delincuentes profesionales, altamente equipados y protagonista de los golpes más espectaculares de los últimos años en el país.
Buenos Aires, Rosario, Concordia y Gualeguaychú aparecen en la reconstrucción de esta historia que hizo R2820 junto a uno de los líderes de la investigación.
De extremo bajo perfil, el fiscal auxiliar Lucas Pascual condujo el proceso que aún investiga la “pata local” de esta banda y sigue indagando para sumar pruebas al expediente que, días atrás, le solicitó la Justicia Federal.
Es que un equipo de policías Federales, gendarmes y fiscales federales hace un año y medio estaban detrás de la misma banda que investigaba Pascual en Gualeguaychú y cuando los detuvieron se percataron que, al menos, dos de los ellos eran investigados por la Fiscalía local.
En el frenesí del final de la campaña por la segunda vuelta electoral, la noticia policial de un robo calificado con privación ilegítima de la libertad pasó casi desapercibida, pero fue el arranque de una historia que terminó con la detención de una banda ultraprofesional de secuestradores.
Una semana antes del ballotage, el domingo 12 de noviembre a la mañana, la persona que cuida la casa de una familia de muy buen nivel económico fue tomada como rehén, los ladrones se llevaron una gran suma de pesos y dólares junto a joyas y un arma registrada. Un botín millonario que le serviría a la banda para autofinanciar otros “operativos” de secuestro de empresario en la cuna de los agronegocios, la cuidad de Rosario.
“Una persona que estaba al cuidado de la casa porque su propietaria se encontraba fuera de la ciudad fue sorprendida por un integrante de la banda. Ellos sabían todos los movimientos de la cuidadora: a qué hora llegaba, cuándo se iba, en qué se movilizaba y qué iba a la casa para darle de comer a los perros”, detalla Pascual.
El fiscal describe la maniobra para acceder al domicilio de Rivadavia y Fray Mocho. “Afuera, simulando arreglar la moto, el segundo de la banda esperó pacientemente. Cuando la cuidadora se acercó a la puerta, el hombre -junto con otro- se le acerca, le tapa la boca y los tres entran a la casa”.
-“No grites”, le ordenaron de inmediato. También le ataron los brazos y sus pies con precintos y le dijeron: “te vamos a respetar, no es contra vos”. Con el fin de intimidarla la llamaron por su nombre. “Sabemos dónde vivís” y le contaron otros datos que denotaban un exhaustivo trabajo de inteligencia previa con respecto a la mujer.
-“No es contra vos, nosotros vinimos a buscar la plata, quédate tranquila”, le repetían mientras revisaron todo, desde las alcantarillas hasta las salidas de aire acondicionado. Finalmente, antes de irse con el botín uno de los delincuentes a cara descubierta le pidió a la cuidadora el número telefónico de un familiar. -“Cuando nos vamos, le avisaremos a esa persona que vos estás acá para que te vengan a buscar”. Acto seguido le pidieron las llaves de su propio auto, el cual terminan abandonando a un par de cuadras sobre calle Colombo, a metros del Club Racing.
Una pesquisa inteligente
La banda contaba con una logística y recursos de avanzada, pero los investigadores de Gualeguaychú pusieron toda su tenacidad para identificarlos.
El fiscal Lucas Pascual relata que “lo primero que hicimos fue peinar la zona centro. Sobre Magnasco, frente a la Municipalidad, encontramos la moto abandonada. Tenía un dominio que no correspondía a esa moto, pero el cuadro y el motor estaban a nombre de uno de los cabecillas de la banda”.
Se trata de Sebastián Ezequiel Pugliese, el primer involucrado. En la banda, Pugliese y su pareja la misionera Silvia López, tenían un rol clave: era el conductor del vehículo utilizado en, al menos, uno de los secuestros de empresarios, además de ser uno de los encargados de realizar el seguimiento del “pagador” para liberar a sus víctimas.
“Se obtuvieron imágenes de las cámaras de seguridad tanto de cercanías del centro de Gualeguaychú, como también de diversos puntos de la ciudad: la terminal de ómnibus; los accesos o ingresos; el Parque Unzué y los peajes de Zárate – Brazo Largo”, contó Pascual a R2820.
Así se determinó que había tres vehículos involucrados Se trataba de la moto Yamaha FZ, color negra, una camioneta Jeep Renegade color negra último modelo y un auto Peugeot 208, de color blanco. “Esos dos vehículos giraban en torno a la casa de Fray Mocho y Rivadavia mientras se cometía el delito, estaban claramente en situación de apoyo”, agregó el fiscal.
Tras ser identificados en la base de datos, la visualización de cámaras permitió comprobar que usaron el Parque Unzué para coordinar los movimientos antes del golpe. “Se reunieron a las 8 de la mañana durante cinco minutos y dos días antes -el 10 de noviembre- los tres vehículos estuvieron juntos en la zona de la terminal de micros y el acceso sur”.
Pascual vuelve a resaltar la labor de la Policía de Investigaciones que usando el Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (SIFCOP) e información pública logra establecer que el propietario de la moto es Pugliese y que ingresó a la casa de Fray Mocho y Rivadavia: “teníamos fehacientemente probado que estuvo en el momento de llevar a cabo el ilícito”, explicó el fiscal.
Siguiendo la línea de los vehículos, los investigadores de Gualeguaychú llegaron al líder de la banda, recientemente detenido, Claudio Daniel Coto. Con ese nombre, Lucas Pascual se topa con datos que lo sorprenden; porque Coto ya contaba con antecedentes por hechos similares en Concordia y hasta una condena. Mientras preparaba los pedidos de allanamientos en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires, el fiscal recibió la confirmación que Coto estuvo investigado por robos y secuestros importantes en la ciudad del Citrus.
Con el as de espada y el ancho de bastos
Con dos de los cabecillas de la banda de secuestradores haciendo pie en Gualeguaychú, la Fiscalía siguió atando cabos, inspeccionando registros de llamadas, movimientos de celulares por celdas y antenas dentro de la ciudad, revisando perfiles de redes sociales y Google Maps para vincular la camioneta Jeep con el domicilio dado en la sentencia de Concordia a fin de establecer quién es su dueño.
Finalmente, con un cúmulo de pruebas “le pedí al juez Ignacio Telenta un procedimiento de allanamiento para Daniel Coto y allanamiento y detención de Sebastián Pugliese. Se revisó un departamento en la avenida Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires pero Pugliese ya no vivía ahí y se allanó el domicilio de Coto donde se secuestraron cuatro chips de teléfonos y un arma de fuego”, puntualizó Pascual.
Pero para atrapar al as, hubo que ser audaz. Los investigadores de la Policía consiguieron un número de celular del cabecilla de la banda y gracias a la labor del equipo de Inteligencia Criminal y Delitos Complejos de la Policía de Entre Ríos se analizaron páginas y páginas de llamadas y ubicación de celdas.
Una voz en el teléfono
A razón de toda la investigación hecha en Gualeguaychú, el miércoles 20 sonó el teléfono del despacho del fiscal Lucas Pascual. Del otro lado de la línea, desde la Secretaría del Juzgado Federal de San Nicolás, especializado en Delitos Complejos, le informaron que habían detenido tanto a Pugliese como a Coto, durante un mega procedimiento que logró desbaratar la banda de secuestradores extorsivos y robos calificados que acechaba en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.
“Las causas siguen por carriles distintos, la nuestra es en la Justicia Ordinaria y la otra en la Federal. Pero desde la Fiscalía Federal ya nos enviaron un oficio pidiéndonos copia de toda nuestra información porque, por ejemplo, algunos de los elementos secuestrados podrían haber sido utilizados en algún hecho que cometieron en Rosario o el Gran Buenos Aires. Lo mismo con el entrecruzamiento de llamadas que les podría ser de utilidad”.
Asimismo, Pascual detalló que “para nosotros es fundamental obtener copias de su expediente, que evidentemente por los resultados, han llevado adelante un excelente y serio trabajo de investigación. Ellos tienen secuestrados múltiples celulares y es posible que alguno sea el que estamos buscando”.
A partir de ahora, también el fiscal deberá buscar vínculos con otras causas de delitos similares ocurridos en Gualeguaychú y determinar cómo esta peligrosa banda llegó a la ciudad.
Por último, Lucas Pascual destacó “el trabajo impecable de los jefes (Crio. Luis Ruiz Moreno, Sub Crio. Alejandro Cardozo) y el personal de Investigaciones de la Jefatura como la División de Ciberdelitos de la Policía de Entre Ríos a cargo del Crio. Gustavo Schumacher”. Fuente: (R2820)