Cualquier cuadro de dengue puede evolucionar y ser potencialmente grave: las personas con patologías previas son las que pueden tener mayor cantidad de complicaciones, pero los jóvenes no están exentos. Por eso es importante estar atentos a los síntomas que alertan de posibles casos de gravedad.
En las últimas semanas los casos de dengue se han mantenido elevados en nuestra provincia, por lo que no se puede pasar por alto que la enfermedad, encuadrada dentro de los denominados síndromes febriles agudos, siempre tiene la potencialidad de producir cuadros de gravedad.
En la mayoría de los casos los cuadros son benignos y autolimitados (se cursan con fiebre y algunos síntomas generales), pero como cualquier enfermedad, puede presentar ciertas complicaciones. Hay algunas más frecuentes, como el requerimiento de hidratación, y otras más atípicas. Entre estas últimas, se puede mencionar que el dengue también puede ser causa de hepatitis (que es la inflamación en el hígado), meningoencefalitis (que es la inflamación en las meninges o en el cerebro) o miocarditis (que es la inflamación de los músculos del corazón).
Por todo esto es muy importante el seguimiento médico y no quedarse solo con el resultado del laboratorio en caso de que el mismo sea positivo.
El médico infectólogo Francisco Astudilla, integrante del Programa de Control y Prevención de Enfermedades Transmisibles dependiente de la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud de Entre Ríos, señaló que el dengue brinda ciertos indicios de que el cuadro puede evolucionar mal, por lo que es importante conocer los signos de alarma a los se debe prestar atención.
“Los más importantes son el dolor abdominal intenso, cefalea intensa y que la persona empiece a tener cierta alteración del estado de conciencia”, señaló Astudilla, quien añadió: “Ocurre que los signos de alarma también son síntomas característicos de dengue, pero con una evolución atípica: los dolores abdominales, el dolor de cabeza, el dolor articular muy fuerte y dolor muscular que si empeora es invalidante”.
Asimismo, es importante tener presente que la parte más crítica de la enfermedad se da en los tres días posteriores a la desaparición de la fiebre. Esto ocurre porque deja de haber virus en la sangre y empiezan a aparecer anticuerpos que son los que median todas las complicaciones de la enfermedad.
En relación a cómo se actúa ante la identificación de estos signos, el referente precisó: “Siempre que alguien tenga sospecha o se confirme dengue, lo primero que debe hacerse es un hemograma”. Se trata de un análisis de sangre básico, que permite saber los niveles de glóbulos rojos y plaquetas.
“Se hace este estudio porque quizás el paciente se sienta bien, pero el hemograma ya nos muestre que las plaquetas están bajando y los glóbulos rojos están subiendo; entonces esto nos indica que la persona está perdiendo líquido por el dengue y que va a requerir estar en observación para determinar si es necesario internarla”, explicó el profesional.
Finalmente, el infectólogo informó que el tratamiento es muy sencillo: “Se administra paracetamol para bajar la fiebre y suero y líquidos en forma copiosa. De esta manera se brinda una hidratación importante para evitar que la persona pase lo que se llama un shock hipovolémico, que es cuando pierde mucha cantidad de líquido”.
Asimismo, como ya se mencionó, es muy importante el seguimiento médico al recibir el diagnóstico.