Es uno de los clubes mas humildes de la primera de Paraguay. cantera de los grandes, llega a su primera final de copa con un presupuesto pequeño y un caracter que enorgullece al pais.
Por ser el único grande que no ganó la Copa Libertadores, por haber padecido el exilio de Boedo, por atravesar crisis que derivaron en equipos como los Camboyanos, los hinchas de San Lorenzo acuñan una frase como estilo de vida: “Nacidos para sufrir”.
Esa “martirización” con que los hinchas alimentan la cultura del aguante podría envidiarle muchos elementos al derrotero de su rival en la final de la Copa Libertadores. San Lorenzo jugó dos veces la semifinal de la competición de clubes más importante del continente, en 1973 y 1988; en 1960 renunció a jugar como local el desempate de esa instancia frente a Peñarol, a cambio de 100 mil pesos de aquella época. Y los uruguayos le ganaron en Montevideo.
Nacional ni siquiera había superado los octavos de final hasta este año. El club considerado el semillero de Paraguay –allí se inició como futbolista Arsenio Erico, actualmente el nombre del estadio– tiene nueve títulos locales: apenas tres menos que San Lorenzo. Sin embargo, su gran etapa huérfana de vueltas olímpicas se extendió 63 años: sufrió la sequía entre 1946 y el Clausura 2009, cuando consiguió la séptima estrella. Ya con un estilo definido de toque y contragolpe, ganó los Apertura 2011 y 2013.
Cómo juega. El equipo se formó en 2009. Sin embargo, el proceso se explica hacia atrás. Quienes conocen más integralmente a Nacional dicen que hay que agudizar la mirada para que alcance hasta 2005. Desde entonces, Nacional derrumbó los postulados del pelotazo y la búsqueda de un nueve que gane de arriba. Su método es el juego por abajo y las transiciones rápidas. Según EA Periódico de Análisis, “es un equipo con cuatro volantes que recuperan y tocan. Dos de ellos llegan a las puertas del arco contrario: Derlis Orué y Silvio Torales. Un poco más arriba, Julián Benítez abre la cancha, distribuye, suele llegar al gol y asiste”. La idea que se inició con el entrenador Ever Almeida se consagra con la llegada a esta final, de la mano de Gustavo Morinigo.
En Paraguay, Nacional es el equipo del pueblo. El que todos eligen como la segunda referencia, después de su pertenencia a Olimpia o Cerro Porteño. La simpatía viene por su envase de equipo chico, formador de futbolistas que luego abastecieron a otros.
Si el Defensores del Chaco, donde habitualmente juega la selección y se disputará la primera final, se llena en el partido de ida –Nacional definió todas las series de visitante, por ser el peor clasificado de los 16– no será sólo con hinchas propios. Más que nunca, Nacional será Paraguay.
Su propio estadio recién remodelado amplió sus instalaciones para 10 mil espectadores. Y desde hace un año, el Arsenio Erico tiene luz. Orgullo de un equipo que se forjó con un presupuesto chiquito. Enclavado en el Barrio Obrero, Nacional cuenta con una figura: el arquero Ignacio Don, un argentino ignoto en su país. Después de dejar atrás a Defensor Sporting con sus atajadas, Don dijo: “Soñaba con jugar la final”. Mientras lo decía, lloraba. Como el que nació para sufrir.
Bauza dice que para ser campeon no hay que cambiar nada
Ilusionado con saldar la gran cuenta pendiente de San Lorenzo con su historia, Edgardo Bauza señaló ayer que “hay que planificar todo para ser campeón, no para ganar un partido. En la final el gol de visitante no vale doble y si hay empate en los dos partidos habrá alargue, pero San Lorenzo no va a cambiar lo que hizo hasta acá”, comentó el entrenador en la conferencia de prensa de ayer.
Bauza, quien fue el DT campeón de la Libertadores 2008 con Liga de Quito, dijo que el miércoles espera contar con el defensor Mauro Cetto y con el volante ofensivo Ignacio Piatti, que están en duda por distintos motivos.
“Mauro tiene una contractura y lo vamos a esperar hasta último momento. Y con Nacho será la novela de cada partido. Esperamos la autorización para que pueda jugar, la dirigencia está haciendo todo lo posible”, señaló, en alusión a que San Lorenzo necesita que la FIFA autorice al Montreal Impact de Canadá, el nuevo club del jugador, a ficharlo fuera de término para posibilitar que esté en las finales.
Además, ayer fue presentado como refuerzo el arquero Leo Franco, procedente de Zaragoza.