El primer año que TNT me permitió ser parte del preshow desde la alfombra roja mi sensación era de algo que le estaba pasando a otro. Pensaba “en cualquier momento me despierto”. Por supuesto, entender las reglas de la alfombra roja de los Oscar toma su tiempo. Entre otras cosas porque hay un acuerdo tácito entre la Academia, los medios y las figuras que están nominadas. En este acuerdo tácito se plantea una suerte de etiqueta (más allá de la obviedad de la ropa de gala) que establece hasta dónde se puede ir en términos generales cuando estás haciendo una entrevista en la alfombra roja. El desafío es cómo convertir ese espacio consensuado en un lugar interesante donde poder hacer preguntas que tengan que ver con las películas. La ceremonia funciona a muchos niveles, con aristas de moda, de tendencia, aún cuando el denominador común no debería dejar de ser el cine. Entonces, en algún punto, no sólo para mí sino todo el equipo de TNT y los que trabajamos en esta profesión, el desafío es cómo regresar a las bases, cómo volver a hablar de cine cuando este evento tiene una estructura tan grande y tantas lecturas posibles que a veces eso desaparece o se desvirtúa.
Ese primer año fue algo único. Como venía de mucho tiempo haciendo entrevistas a cineastas no me pasaba esto de la fascinación de decir “tengo delante a tal o cual actor”. En el único punto donde me impresionaba (y me sigue impresionando) es cuando tenés delante gente que fue influyente en tu formación como espectador, como cinéfilo y como profesional. Por supuesto que charlar con Clint Eastwood, William Friedkin (director de El exorcista), Ennio Morricone o Max Von Sydow –por ejemplo– son momentos que tienen que ver con tu formación como espectador. Son tipos que han tenido un peso difícil de decodificar en elecciones que tomás como persona, no sólo como profesional. El resto del tiempo el foco es lograr la mejor transmisión posible. Es un riesgo olvidar que finalmente estamos haciendo un programa de televisión y el show en la alfombra tiene que estar planteado como tal, tiene que ser muy interesante y al mismo tiempo es la transmisión de Latinoamérica, de toda la región. Entonces, ¿cómo trabajamos para que el evento de los Oscar sea un suceso televisivo válido para gente que vive en lugares tan diferentes como Arequipa, Valparaíso, Guadalajara o Ramos Mejía? Nuestra obligación es ésa.
Una clave que tratamos de explorar con Liza Echeverría es establecer rápidamente el vínculo entre entrevistado y entrevistador. Cuando se pregunta una cosa muy específica sobre la película saben que la viste, que reflexionaste acerca de la obra y que la ponés en un contexto. Algo que no te pasa si alguien te pregunta “¿Quién te vistió?”. A los directores, productores, guionistas y actores les gusta mucho hablar, discutir, y analizar el trabajo que hicieron en una película determinada. Porque aman el cine y porque están orgullosos cuando llegan a este punto, por lo cual es un muy buen lugar para hablar de aspectos de las películas que normalmente en otros contextos no se pueden charlar.
Pase lo que pase este año, Relatos salvajes es una película brillante, que ha generado cosas muy interesantes en todo el mundo y eso no tiene que ver con el Oscar. El Oscar en todo caso marca cierto grado de aceptación de la película pero los valores del film son propios.
Representa la brillantez de Damián Szifrón, la inteligencia y valentía de Hugo Sigman y su productora –K&S– y la gente de El Deseo que asumieron todos los riesgos de un proyecto único. Mi trabajo, representando a Telefe, fue pequeño, específico y acotado, pero me permitió acompañar a esta gente tan talentosa que hoy está siendo reconocida con la nominación.
Es muy emocionante ver a gente que admirás, que querés y con los que tenés la suerte de compartir la experiencia del cine en ese lugar. Abrazarme con Guillermo Francella y con Juan José Campanella en la alfombra en 2010, con la nominación de El secreto de sus ojos, fue muy reconfortante. Querés verlos subiendo a recibir el premio y no podés creer que desde un lugar muy chiquitito y muy humilde te dejaran ser parte de eso. Fue muy divertido preguntarle a Guillermo en la alfombra roja por la frase que le pedía Argentina para que después en 45 países, ochenta millones de hogares que ven TNT, lo escuchen diciendo “A comerla”. Cosas difíciles de olvidar.
*Periodista, productor y coconductor del preshow en la alfombra roja de la 87ª entrega de los Oscar por TNT, el domingo 22 de febrero a partir de las 20.30.