El escritor entrerriano Aníbal Parera, autor del libro «Fernanda», recordó el caso de desaparición de la joven de San Benito. “Más de uno sabe que es lo que pasó con Fernanda y no lo dicen”, aseguró.
Se cumplen, este lunes, 18 años de la desaparición de Fernanda Aguirre. El hecho ocurrió el 25 de julio de 2004, en San Benito. El secuestro se cometió alrededor de las 16 de ese día, mientras la adolescente iba a entregar unas flores a una clienta de su madre que por ese entonces tenía un puesto frente al cementerio de la pequeña localidad ubicada a pocos kilómetros de la capital entrerriana.
“Este caso es el símbolo de la injusticia, porque todavía no se sabe que pasó”, explicó el historiador a Elonce al resaltar que se necesita justicia”.
Para Parera, la desaparición de Fernanda fue un “secuestro extorsivo, había que pagar 2.000 pesos en el puente de hierro para que le devuelvan a la chica y eso nunca ocurrió”.
Se recordará que el principal sospechoso fue Miguel Ángel Lencina, un hombre que al momento del hecho gozaba de una salida laboral de la cárcel de Concepción del Uruguay, donde purgaba una pena por el asesinato de una mujer. Lencina fue detenido y pocos días después, el 6 de agosto de ese año, apareció ahorcado en la celda de la Comisaría Quinta de Paraná, donde permanecía alojado.
La viuda del principal sospechoso, Mirta Chávez, fue condenada en 2007 a 17 años de cárcel, acusada de haber sido quien se comunicó telefónicamente con la familia Aguirre para pedir el rescate. Chávez recuperó la libertad condicional el 21 de abril de 2016 y fijó domicilio en la ciudad de Gualeguay. A pesar de esta condena, durante la investigación policial y el juicio no se pudo determinar cuál fue el destino de la adolescente.
“Lencina la mató e hizo desaparecer, entre las 17 horas y las 21 horas, y él hacia todo en su territorio”, dijo al sostener que “el secuestro fue al boleo porque estaba de moda esa modalidad de secuestro”.
“Él dijo me voy a buscar plata porque estoy seco ”, expresó sobre lo que motivó el secuestro.
En la oportunidad, el historiador volvió a barajar su hipótesis por el origen que terminó con la desaparición de la joven de San Benito. Apuntó a «la cultura en decadencia de los argentinos y que los hechos familiares se relacionan directamente con esas estructuras en decadencia».
Al finalizar, el historiador dijo que “más de uno sabe que es lo que pasó con Fernanda, (Lencina) era una persona territorial y hay que actualizar la recompensa para quien sepa algo fehaciente lo comunique. Es el pesado sueño de la injusticia”, cerró.
Fuente: El Once