En preescolar, en la adolescencia o en la adultez, resulta vital hacer ejercicio para poder evitar enfermedades y mejorar el funcionamiento del organismo. Qué tipos de actividades recomiendan los especialistas de la salud para cada etapa de la vida Los beneficios de la actividad física son múltiples. Es tan importante incorporar este hábito desde edades muy tempranas, ya que fomenta el crecimiento y el desarrollo, y puede hacer que las personas funcionen y duerman mejor, y reduzcan el riesgo de muchas enfermedades crónicas. Además, crea espacios de trabajo de equipo, juegos y, en definitiva, una vida más saludable. El Departamento de Salud de los Estados Unidos publicó una guía de actividad física en donde se proporciona información y orientación sobre los tipos y cantidad de ejercicio acorde a la etapa de la vida de una persona: preescolar; escolar y adolescente; adulto; adulto mayor; embarazo y post parto. «El ejercicio físico es la vacuna del siglo XXI. Tiene un montón de beneficios para la salud del ser humano. Con el hecho de salir a caminar, correr y transpirar ya estamos haciendo un cambio en el organismo», aseguró el médico Gabriel Lapman (MN 119066), cardiólogo y nefrólogo del Sanatorio Modelo de Caseros. Según aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS) -que alertó de que más del 80% de los adolescentes a nivel global es sedentario–los niños y jóvenes de entre 5 y 17 años deben invertir, como mínimo, 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. «Cada vez se busca encontrar un público más amplio y joven debido a la tasa de obesidad infantil en el mundo. En un país como Argentina si los niños no hacen ejercicios y apuestan por una vida sedentaria su desarrollo se verá afectado, además de no incorporar hábitos saludables o costumbres en pos de una vida activa», enfatizó Lapman. Según la investigación, los niños menores de 6 años pasan por períodos de rápido crecimiento y desarrollo, y, por eso, la actividad física es tan importante a esa edad. Puede mejorar el crecimiento y el desarrollo, así como enseñar importantes habilidades de movimiento. «En los más chicos es importante que se trabajen todas las formas de movimiento: correr, caminar, nadar, trepar, lanzar, entre otras. Desde el ámbito del deporte lo mismo. Es importante no encasillar desde muy chico en un solo deporte, sino vivenciar distintas clases y formas de juego», afirmó a Infobae Claudia Lescano, licenciada en alto rendimiento y preparadora física. La niñez y la adolescencia son períodos críticos para desarrollar habilidades de movimiento, aprender hábitos saludables y establecer una base firme para la salud y el bienestar de por vida. De manera similar a los niños más pequeños, los adultos pueden tener un papel de apoyo crucial para fomentar relaciones positivas con la actividad física y para alentar y apoyar a sus hijos a estar activos diariamente. Para los jóvenes de 6 a 17 años de edad, las actividades físicas de intensidad vigorosa, fortalecimiento de los huesos y fortalecimiento muscular son tres componentes importantes que se deben incluir en tres o más días a la semana. A diferencia de los adultos, los jóvenes generalmente no desarrollan enfermedades crónicas, pero en la infancia y la adolescencia pueden desarrollarse factores de riesgo como la obesidad, niveles elevados de insulina y lípidos en la sangre y presión arterial elevada. Los jóvenes que son activos regularmente tienen una mejor oportunidad de una adultez saludable al reducir la probabilidad de que estos factores de riesgo se desarrollen, tanto ahora como en el futuro. Los adultos deben moverse más y sentarse menos a lo largo del día. De este grupo, los que realicen cualquier actividad física de moderada a vigorosa obtendrán algunos beneficios para la salud. Para obtener beneficios sustanciales para la salud, los adultos deben hacer por lo menos 150 minutos (2 horas y 30 minutos) a 300 minutos (5 horas) por semana de intensidad moderada, o 75 minutos (1 hora y 15 minutos) a 150 minutos (2 horas y 30 minutos) una semana de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa, o una combinación equivalente de actividad aeróbica de intensidad moderada y vigorosa. Preferiblemente, la actividad aeróbica debe extenderse a lo largo de la semana. «Es vital entender que realizar alguna actividad física es vivir rodeado de hábitos saludables, ya que es un pilar muy grande y que no se debe desaprovechar o malvivir», comentó Lapman. Los adultos también deben realizar actividades de fortalecimiento muscular de intensidad moderada o mayor que involucren a todos los grupos musculares principales durante dos o más días a la semana, ya que estas actividades brindan beneficios adicionales para la salud. En cuanto al tipo de actividad física, Lescano dijo: «Lo importante es que realicen algo durante la semana y siempre acompañados por un apto físico y un chequeo. También es necesario que aquel que no realizaba ninguna actividad física no empiece cuatro veces por semana, sino que sea algo paulatino». Los beneficios de la actividad física regular ocurren durante toda la vida y son esenciales para un envejecimiento saludable. Los adultos mayores de 65 años obtienen importantes beneficios para la salud de la actividad física regular, incluso si no cumplen con las pautas clave. Los adultos mayores que son físicamente activos pueden participar en actividades de la vida diaria con mayor facilidad y tener una función física mejorada (incluso si son frágiles). Es menos probable que se caigan, y si lo hacen, el riesgo de lesiones es menor. La mayoría de los adultos mayores pasan una gran parte de su día siendo sedentarios, por lo que las pautas clave comienzan de manera similar a las de los adultos. Para los adultos mayores, la actividad física multicomponente es importante. La actividad física de componentes múltiples combina ejercicios aeróbicos, de fortalecimiento muscular y de equilibrio. Los tres aspectos son importantes para esta población porque los adultos mayores tienen un mayor riesgo de caídas, y se necesitan fuerza y equilibrio para prevenir caídas.