El 10 de febrero del 2021 no será un día mas en la historia de Defensores de Pronunciamiento, si bien en lo deportivo el resultado fue una derrota por 4 goles de diferencia. En el casillero del «haber» quedará mucho más que un resultado futbolístico.
Aquellos fundadores del Depro que en 1972 decidieron unir a dos clubes antagónicos, no se les cruzó nunca la idea que 48 años después se enfrentarían con River en la Fase Final de una Copa Argentina.
“Ojalá el miércoles sea un lindo espectáculo. Los muchachos están bien, saben que es un momento único. Puede que incluso a alguno le cambie la vida si realiza un partido bárbaro, pero ya para todos significará algo inolvidable”. Se cumplió el deseo de Sergio Chitero. El entrenador de Defensores de Pronunciamiento había vaticinado una jornada memorable para sus dirigidos en la previa al encuentro contra River, correspondiente a los 32avos de Final de la Copa Argentina AXION energy. Era un día para disfutar y cada integrante de la delegación lo pudo hacer.
El arribo al estadio Florencio Sola ya fue distintiva, con aplausos, cánticos y emoción al descender del micro para meterse en el vestuario. Los celulares eran moneda corriente: aprovechaban para conservar cada recuerdo posible y sacarse fotos en distintas zonas del campo de juego. Llegó el momento del precalentamiento, con el detalle particular de que fue la primera vez que compartían cancha con el plantel de River: el terreno se dividió en dos mitades mientras ambos equipos hacían los movimientos precompetitivos.
“(Leandro) Ilari es del club y recién lloraba porque esperaba este momento desde chico, al igual que todos nosotros. Nos lo ganamos, nos merecemos la oportunidad porque tenemos sacrificio y humildad. Vamos a entrar a la cancha y dejar bien parado al Depro”. Las últimas palabras de Iván Valente se taparon por el grito ensordecedor, cargado de adrenalina y euforia, que entonaron sus compañeros. Encabezados por el marcador central, que continuó con arengas en el borde del campo de juego, Defensores de Pronunciamiento salía a disputar el encuentro más importante en sus escasos 48 años de historia. Ausentes los hinchas por las restricciones ocasionadas por la pandemia del coronavirus, encarnaron en los directivos que se emocionaban por la imagen proyectada ante sus ojos.
La ilusión por enfrentar a un rival de tamaña jerarquía generó el impulso para que Defensores de Pronunciamiento pelee cada pelota, trate de tapar los espacios en campo propio y cortar las triangulaciones ofensivas, característica fundamental del conjunto dirigido por Marcelo Gallardo. River encontró finalmente los resquicios y consumó una victoria por 4-0 pero el equipo azulgrana quedó al borde de convertir en sendas oportunidades. En primer lugar, le anularon erróneamente un cabezazo a Milton Alvez (lo habilitaba Javier Pinola en la salida del tiro libre); cerca del final del encuentro, Germán Delfino se equivocó en el cobro de un penal que podría haber derivado en el merecido descuento del club entrerriano.
De todas maneras, la experiencia imborrable estaba consumada: habían jugado 90 minutos contra el último vencedor de la Copa Argentina. “No se pudo contra el campeón, pero siempre con la frente en alto. Este club es humildad, es familia”, recalcó en un tweet la cuenta oficial de Defensores de Pronunciamiento; “¡Bien jugado, @ClubDepro!”, respondió River con una publicación correspondiente.
Al finalizar el partido, apareció una exhibición de camaradería entre ambos equipos. Mientras el plantel de River aguardaba por la habitual postal con el cheque, se tomaron una foto en conjunto con los futbolistas de Defensores de Pronunciamiento, que posteriormente se acercaron al vestuario para buscar las camisetas del Millonario. ¿Cuál fue la respuesta del club de Núñez? Les dieron una caja con indumentaria para repartir entre los integrantes del plantel del conjunto entrerriano. Además, varios referentes (Leonardo Ponzio, Nicolás De La Cruz, Ignacio Fernández, Rafael Santos Borré y Franco Armani) se acercaron para atender innumerables pedidos de fotos y autógrafos. Un cierre brillante para una jornada que se mantendrá indeleble en las retinas de los hinchas de la humilde institución que, un día, se codeó con la cima del fútbol argentino.