Este domingo por la mañana, se realizó en la Basílica Inmaculada Concepción, una sencilla pero sentida ceremonia, para recordar al padre de la Constitución Nacional, al cumplirse 151 años del fallecimiento del Gral. Justo José de Urquiza.
Con un número reducido de autoridades, atento a la situación sanitaria actual, se recordó este domingo 11 de abril, un nuevo aniversario del fallecimiento del Gral. Justo José de Urquiza, ceremonia que estuvo presidida por el Presidente Municipal Martín Oliva, el Presidente del Concejo Deliberante Ricardo Vales, concejales, funcionarios del Ejecutivo Municipal, autoridades de las fuerzas armadas y de seguridad, del Colegio Superior del Uruguay Justo José de Urquiza, del Palacio San José, del Cetro Cultural Urquiza, entre otros.
También se hicieron presentes, las banderas de Ceremonias del Colegio del Uruguay, heredero del Gral. Urquiza y del Batallón de Ingenieros Blindados 2, en representación del resto de las fuerzas, considerando el distanciamiento social que se debe sostener y al reducido espacio que se ofrece sobre el mausoleo donde descansan los restos de Urquiza.
Tras el depósito de las ofrendas y de las palabras del presbítero Oscar Menescardi, los presentes, escucharon las palabras alusivas a la fecha a cargo del Vicepresidente del Centro Cultural Urquiza, Carlos Canavessi quien en el inicio de su discurso narró: “Comenzaba a anochecer aquel lunes 11 de abril, en la Semana Santa de 1870, cuando la tranquilidad cotidiana del palacio San José – residencia particular del gobernador en ejercicio de la provincia de Entre Ríos, general Justo José de Urquiza – se vio abruptamente alterada por el asalto de una turna de jinetes armados que a los gritos de ‘¡Muera Urquiza! Y ¡Viva López Jordán!’ irrumpió violentamente a través del portón posterior de la casa, ubicado entre la capilla y la pulpería”.
Durante su discurso, Canavessi contó la manera en que – además de asesinar al entonces Gobernador de los entrerrianos – masacraban a sus hijos en otras ciudades entrerrianos, sosteniendo que “ nefastas fueron las consecuencias para los entrerrianos de tan criminal accionar por parte de López Jordán, no solo en esa primera intentona sediciosa que culminara en desastre total en el combate de Ñaembé, Corrientes, en enero de 1871, sino también en las subsiguientes de 1873 y 1876, cuando el general Urquiza ya no existía, las que culminaron de la misma forma. A partir de esos acontecimientos, Entre Ríos, perdió definitivamente la preeminencia que bajo el influjo de Urquiza, supo sustentar en el concierto de las provincias argentinas…”.
El final de quien actualmente es Vicepresidente del Centro Cultural Urquiza, se vio marcado por acciones y por una frase del propio Urquiza: “Él le dio al país la libertad y la Constitución y pronunció una frase que debiera recordarse hoy en su homenaje: ‘Con estas dos grandes adquisiciones bajaré tranquilo a la tumba porque tengo la convicción que mis compatriotas sabrán apreciarlas como merecen’”.