En el año de sus 165° aniversario, las aguas no están nada calmas para el heredero de Urquiza. La relación con la institución que lo comanda (Facultad de Ciencia y Tecnología de UADER) es cada vez más tirante y se ha generado un clima de incertidumbre.
A unos pocos meses de cumplir 165 años de vida, el Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza atraviesa, nuevamente, una etapa de restricciones y recortes que extreman las preocupaciones de la comunidad educativa toda, quedando solo en algunas memorias aquellas lejanas épocas de esplendor que lo posicionaban como uno de los Colegios Secundarios más destacados, no sólo de la región sino del país. «Con una tremenda incertidumbre», resumió la rectora del Colegio, la situación actual de la Histórica institución heredera del General Urquiza.
En una detallada nota contextualiza el momento que atraviesa el Colegio. «Es de conocimiento público que la institución fue siendo transferida desde Nación a Provincia- finales de los ’90- luego a UADER inicios del 2000- y que dentro de la misma dependió de Rectorado primero, de Facultad de Gestión luego, nuevamente del Rectorado desde 2005 y actualmente-desde 2012-a Facultad de Ciencia y Tecnología. Si bien cada una de esas etapas tuvieron características particulares, ninguna, ha tenido el impacto que produjo la última actual- .
Entendemos que se ha planteado- no explícitamente- una revisión a fondo de su presupuesto, no solo en horas cátedras, áulicas como extra áulicas, sino también de cargos ,administrativos como de no conducción, aunque éstos también han sufrido cambios de categorías. Lo expuesto ha puesto en riesgo la sustentabilidad institucional de cobertura y atención de las necesidades básicas y mínimas de una institución de la categoría del Colegio del Uruguay- que son las educativas -pedagógicas y/o académicas-«, destacó D’Angelo. «Lo que llama mucho nuestra atención no es que esto suceda en los tiempos que corren la Facultad y sus órganos de gobierno tienen por Estatuto, facultades amplias para hacerlo y seguramente existieron causales justificadas ante una necesidad de transparentar el Presupuesto al momento de la última transferencia, sino las formas en que se han concretado.
Las contradicciones al momento de detectar prioridades, la falta de respuesta en tiempo y forma , ante constantes consultas desde el Equipo de Gestión del Colegio, inhabilitado de intervención alguna en dichas decisiones ni siquiera a manera de sugerencias, recordando que el único órgano consultivo que poseíamos CAD (Comisión formada por representantes de todas nuestros claustros)- fuera disuelto al inicio del traspaso a la mencionada facultad- para a su vez dar respuestas a nuestros actores involucrados en proyectos pedagógicos relevantes desde lo institucional, que forman parte del PCI como del PEI justamente éste es el que le otorga o ha otorgado una identidad propia y única en los últimos años ya que responde a las fortalezas y debilidades de nuestra comunidad educativa a manera de un Proyecto Estratégico, a corto y largo plazo, muy valioso y que deberíamos fortalecer año a año, hoy absolutamente restringido y en riesgo de pérdida.
Nombramientos de personal docente o administrativo- no perteneciente a la institución, presupuestados al Colegio del Uruguay, falta de cobertura en más de medio año- de espacios curriculares como extracurriculares y cargos administrativos que pertenecían al Colegio a priori de la transferencia, alteraciones de categorizacionessiempre de menor rango y por ende menor sueldo- una vía administrativa de gestión absolutamente obsoleta, lo que demora como mínimo en tres o cuatro meses la liquidación de sueldos, designaciones, gestión de títulos, solicitudes varias. Ausencia de normativas, y/o no adecuadas a nivel medio, sin aporte alguno para su mantenimiento diario – la cooperadora sostiene hoy todas las necesidades materiales del Colegio del Uruguay-entre otras cuestiones varias que sería extenso relatar», aseguró la rectora.
Finalmente señala: «Toda la problemática expuesta- resumida desde ya- ha hecho, hace y hará , que se generen constantes situaciones de malestar y un desgaste cotidiano de confianza y energías al no visualizarse una proyección clara del futuro del Histórico Colegio del Uruguay, dentro de esta estructura de la Facultad /universidad, que oportunamente creímos era la más indicada atendiendo a que es un ámbito de construcción y acción, acompañado de un espíritu democrático y por ende de participación, esencia histórica de las universidades, como asimismo, el que jerarquizaría a la institución, ante una deuda histórica desde sus orígenes, sin que eso la afecte en su identidad fundacional de haber sido el primer colegio secundario laico, popular y gratuito del país, todo lo contrario».