La cuidad hace unos días habla del caso de un supuesto abuso sexual generando en la comunidad uruguayense repudio y esperando que dictamine la Justicia.
En este hecho está señalado Daniel Castro, que más allá de que no hay una imputación oficial, sufrió el escrache por las redes sociales, así como diferentes amenazas a su persona, incluso a su propia familia, lo que lo llevó a estar prácticamente aislado a la espera de que se resuelva de una u otra forma lo que está ocurriendo.
El joven habló con los medios y contó lo sucedido:
“El sábado por la noche yo salí con mi hermana y mis amigos. Ese mismo día había quedado con ella en encontrarnos, ya que veníamos hablando hacía unos días. Como no sé dónde vive, le pedí que me espere cerca del barrio donde la busqué y nos vinimos a mi casa, donde estuvimos juntos. Luego de mantener relaciones yo me quede mensajeándome con mi hermano y me preguntó si los iba a buscar al boliche ya que yo andaba en el auto pero tenía que llegar antes de las 4 porque si no cerraban el acceso. Yo me quedé con ella charlando en la cama y ella hablaba conmigo y hacía chistes, lo que no se condice con una persona que se hubiera sentido violentada. La llevé y la dejé cerca de la casa y no pude seguir más porque el auto que no era mío sino de un amigo es muy bajo y tocaba en los pozos y tenía miedo de romperlo. Le pedí disculpas por dejarla ahí pero no se molestó. Yo volví al boliche y después salimos a desayunar, pero a la mañana me llamaron al celular y comenzaron las amenazas. También fueron amenazados familiares y amigos míos. Ya el lunes cuando estaba en el Comedor del FAPU, me llamaron avisando del allanamiento en casa y vine. La Policía tuvo un trato amable y en ningún momento fueron autoritarios, llevándose la CPU, pendrive y celulares, pero no me informaron los motivos del procedimiento”, explicó Castro.
“Desde ese momento no tuve más novedades de nada, ya que no me llamaron desde la Justicia, pero lamentablemente me tuve que ir de mi casa, porque me sentía muy amenazado constantemente y después el martes fue el sorpresivo escrache.
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