Imaginemos que 22 de los 23 convocados, más Sabella, caen víctimas de una mononucleosis. La nueva lista mundialista.
Augusto Do Santos
Es difícil coincidir con Julio Humberto Grondona, pero en este caso sería una necedad no hacerlo; no hubo, no hay y no habrá en el fútbol argentino y acaso en el fútbol mundial un director técnico para situaciones críticas tan idóneo como Ricardo Caruso Lombardi. Algunos propusieron a Juan José López, otros a Miguel Ángel Brindisi; unos y otros, desde ya, no se enteraron de algún que otro mal resultado de esos dos excelentes entrenadores, que indicaban que no eran las mejores opciones.
Ricardo Caruso Lombardi es el único que puede salvar la ilusión nacional
Lo importante es dejar de lamentarse y mirar para adelante, porque el jueves 12 de junio ya casi es mañana: ¿cuánto tiempo más vamos a llorar que todo el plantel argentino, a excepción de Hugo Campagnaro, cayó víctima de mononucleosis? Que se rían del defensor del Inter, ahora, Sergio Romero, Pablo Zabaleta, Javier Mascherano, Sergio Agüero, Lionel Messi y compañía porque en vez de tomar mate con ellos él siempre prefirió leche chocolatada; Campagnaro evitó la bombilla infectada y, a diferencia de ellos y el resto, no se perderá la Copa del Mundo. Pobre Alejandro Sabella, que no soportó tremendo revés del destino y quedó sin hablar en su cama hasta vaya a saber cuando.
Decíamos, entonces, que la decisión de Grondona de aprovechar la excepcional autorización de FIFA para hacer veintidós cambios en la lista de futbolistas argentinos y, también, modificar el cuerpo técnico resiste cualquier reproche: Ricardo Caruso Lombardi, no hay objeción, es el único que puede salvar la ilusión nacional de volver a gritar campeones después de veintiocho años.
Por supuesto, y desde ya, las elecciones del entrenador que tantos milagros hizo en el fútbol local están siendo cuestionadas por demás pero, al menos desde acá, apostamos por confiar a muerte en él: ¿por qué, como director técnico oficial de la Selección, no tiene derecho a convocar y hacer lo que mejor le parezca? Caruso nunca fue amigo de las estrellas, eso está claro: él quiere un equipo de guerreros, humildes y sacrificados, que le respondan hasta las últimas circunstancias y que den la vida por esta causa que no es más ni menos que la de todos.
¿Que había otros arqueros mejores para convocar que Jorge De Olivera, Gastón Sessa y Nicolás Cambiasso? ¿Que había otros defensores con mayores condiciones que Gonzalo Prósperi, Claudio “Chiqui” Pérez, Lucas Aveldaño, Juan Sabia y Walter Kannemann? Al menos tienen que reconocerle, sus detractores, el poder de convencimiento y la decisión de dejar el orgullo de lado para que Rolando Schiavi se haya sumado, marcando un regreso al fútbol tan inesperado como aclamado.
¿Y que había otros volantes más talentosos para traer que Sebastián “Mago” Grazzini, Gabriel Peñalba, Matías Giménez, Martín Morel, Sebastián “Chirola” Romero, Pablo Garnier, Hugo Barrientos y Nicolás Colazo? ¿Que había otros delanteros más goleadores para incluir que Denis Stracqualursi, Enrique Triverio, Fernando Telechea, Leandro Lázzaro y Gabriel Hauche? Seguramente, como respuesta a todas estas preguntas que se plantean en cada rincón del país; sin embargo, y esto le ha sucedido a todos los entrenadores, nunca se puede conformar a todo el mundo y el mejor camino a seguir es el de la confianza en la propia convicción, tal como hizo Caruso.
Cuestión que no da lugar a reclamos, sin dudas, es el hecho de que el entrenador haya confirmado el once titular para el debut de Argentina, el domingo 15 de junio, ante Bosnia en el Maracaná. Teniendo en cuenta que hablamos de un rival de peligro y una cancha difícil, el 4-5-1 planificado se presenta como muy acertado al igual que sus ejecutantes: Jorge De Olivera; el capitán Hugo Campagnaro, Rolando Schiavi, Claudio “Chiqui” Pérez, Walter Kannemann; Gabriel Hauche (que hará el esfuerzo de jugar de ocho), Pablo Garnier, Hugo Barrientos, Gabriel Peñalba, Matías Giménez; Denis Stracqualursi. Mientras algunos continúan despotricando, en nombre del supuesto buen juego, el fútbol que le gusta a la gente y demás, desde acá estaremos alentando y esperando por esa corrida de Hauche que termine en centro para la cabeza de Stracqualursi y nos dé el primer gran paso hacia la próxima fase.