Decenas de violentos sitiaron Munro y hasta dirigieron el tránsito. Agresiones a periodistas y policías. Fotos.
Un rastro de violencia, prepotencia y tensión dejaron hoy cientos de barras bravas de Colegiales al tránsito del cortejo fúnebre que llevó a su asesinado jefe, Fernando “Loco Pocho” Morales, hasta el cementerio de Olivos.
A un camarógrafo del canal Somos Zona Norte le revolearon la cámara para que no filme los rostros, en tanto los comercios de Munro y Vicente López, en especial los que dan al centro comercial de la avenida Maipú, bajaron las persianas ante el temor de robos, al tiempo que desde redes sociales daban cuenta de algunos saqueos.
A la imagen bizarra de seguidores del occiso, sentados sobre el féretro tricolor, le siguió la prepotencia frente al edificio de la Municipalidad de Vicente López, conducida por Jorge Macri, dándole relación política al homicidio ocurrido el sábado en Munro, donde vivía el “Loco Pocho”, militante kirchnerista, como el presidente del club, Rodrigo González, candidato a concejal por el FpV.
Los barras llegaron al lugar tirados sobre el coche portacoronas o directamente sobre el cajón, en motos, en autos y camionetas, caminando con camisetas y banderas amarillas, rojas y azules y muchos de ellos con el torso desnudo.
Tras el velatorio en el club en Munro, el especial cortejo fue hasta el barrio Mitre, en Saavedra, donde se sumaron barras de Platense, y todos siguieron el recorrido por la avenida Maipú.
Ya habían anunciado los barras de la facción de Morales que irían a protestar a la Municipalidad por considerar que el asesinato tiene que ver con la puja política del pago chico, y por ello los comerciantes cerraron y los periodistas se apostaron en el frente del edificio comunal.
A media tarde llegaron cantando y lanzando petardos y el momento más tenso fue cuando un par de barras le tiraron la cámara a un camarógrafo del canal local Somos Zona Norte para que no filmara.
Tras la demostración de fuerza siguieron camino hacia el cementerio de Olivos.
Morales fue asesinado de seis tiros en el conventillo en el que vivía y otros dos barras terminaron internados.
Fuente: DyN