La historia del único argentino que, desde mañana, irá por un contrato en el reality TUF. Fotos y video.
Su abuelo intentó transferirle el amor por el rugby. Sus amigos y la vida lo llevaron por el fútbol, el básquet, el hockey y el skate. Pero ese chico deslumbrado por las películas de acción en las que “una persona golpeaba y derrotaba, al mismo tiempo, a cuatro rivales” se inclinó por las artes marciales mixtas. Guido “El Ninja” Cannetti tiene 34 años y está ante la oportunidad de su vida: entrenó un año en la academia de Greg Jackson, el mejor coach de MMA en Estados Unidos e ingresó al reality “The Ultimate Fighter Latinoamérica”, que América comenzará a transmitir mañana a la medianoche.
Practicó varios deportes de contacto: taekwondo, karate o boxeo. Todos formaron disciplinas aisladas; él buscaba una conjunción que lo hiciera “feliz”. Las artes marciales mixtas, entonces, se convirtieron en la opción: “Agarres, golpes, sumisiones, esa combinación era la que más se asemeja a una pelea real”, contó Cannetti a 442.
Dentro del octágono, “el Ninja” se define como un “striker” –luchadores que se sienten cómodos intercambiando golpes parados-, aunque resalta su fuerte entrenamiento “en lucha y jiu jitsu”. Ni bien lanzó sus primeros derribos, sus sueños proyectaron grandes desafíos: “Desde que empecé a luchar quería llegar a las grandes ligas, como UFC. Cada entrenamiento de mi vida fue pensando en llegar ahí”.
El listado de rivales locales quedó en blanco, al igual que sus posibles contrincantes. “Acá no me quedaba nadie por pelear y no querían pelearme”, afirma en diálogo con este portal. Fue por eso que el artista marcial marplatense saltó a los octágonos cariocas. El evento “Bitteti Combat”, uno de los más reconocidos en Brasil, quedó en silencio ante el batacazo del luchador argentino frente al favorito exluchador de Bellator, segundo circuito de MMA más relevante de Estados Unidos, Rafael Dias. Una low y un torbellino de manos. Todo en 11 segundos. El brasileño quedó dormido en la lona.
Sorpresa y media 2.0. Los méritos deportivos ya decoraban la carrera de Guido. Sin embargo, el despegue hacia su prematuro sueño fue impulsado por los alumnos de su gimnasio GOA en Lanús. Facebook se convirtió en un Sorpresa y Media 2.0. “Los chicos empezaron a promoverme por las redes sociales como Guido en UFC y le llegó la onda expansiva a una persona que vive en México, quien avisó que había una prueba de UFC”, explicó Cannetti. Las restricciones cambiarias y el dólar (blue), amenazaron con poner un cepo a su sueño.
“El Ninja” estuvo a punto de vender “su moto y otras pertenencias”. “En ese entonces pensé: ´Si no me voy con 30 y pico se me va a pasar mi momento´”, recordó. Pero un alumno suyo aportó dinero para el pasaje y se fue. La aventura se prolongó más de lo pensado: quedó seleccionado entre un centenar de participantes e integró el grupo de doce luchadores que entrenaron en la academia del prestigioso Greg Jackson.
Lengua y libros. El idioma se transformó en una traba impensada: “Llegué a Estados Unidos pensando que tenía un mejor inglés, pero tuve que arreglarme con señas”. Sin embargo, su voluntad de superación no se circunscribió sólo a las artes marciales mixtas: entre entrenamiento y entrenamiento, asistió a la universidad de Nueva México para estudiar inglés.
Nacimiento y pérdida. A los seis meses que duraría la puesta a punto en Albuquerque, debió agregarle al calendario otros seis interminables casilleros para tachar. Un año afuera: lejos de su familia, su novia y sus afectos. “Soy muy apegado a ellos y, en una visita, mi novia quedó embarazada”, explica Cannetti, que debió soportar a la distancia la gestación de su primer hijo entre derribos de wrestling y sumisiones de jiu-jitsu en las tierras de Walter White.
“Ella (por su mujer) se quedó en la Argentina por la obra social, pero en un momento hablamos de que naciera en Estados Unidos. Sin embargo, finalmente, quise que mi hijo fuera argentino”, afirma “el Ninja”.
El cúmulo de emociones fue completa para el guerrero argentino que, al tiempo de arribar a la academia que forjó campeones como George Saint Pierre y Jon Jones, se enteró de que su “abuela, con la que había vivido muchos años, había sufrido un ACV”. La voz de su madre fue el consejo que determinó su posterior decisión: “Yo quería estar con mi abuela, pero mi mamá me dijo que ´ella había vivido su vida y yo tenía que vivir la mía´”, dice el representante de la academia GOA.
Reality Fight. Pese a que Jackson le aseguró que debía ingresar a las grandes ligas de las MMA, la UFC tenía otros planes: organizó la edición latinoamericana del reality show “The Ultimate Figther”, que entrega como premio un contrato con la organización dirigida por Dana White. “Era el último esfuerzo para llegar al UFC”, comentó Canetti, que integra en el TUF el equipo del brasileño Fabricio Verdum, desafiante del campeón peso completo mexicano Caín Velásquez en el UFC 180.
En conversación con 442, “el Ninja” rescató su actitud durante el reality y anticipó que “nunca aflojó ni mental ni físicamente”. “Todos hicieron de todo para que perdiera, pero sobresalí siempre y puse a la Argentina en lo más alto”, destacó.
Y se despide con una respuesta que pone palabras a su coraje arriba del octágono. “Me dicen de pelear con el campeón mañana (TJ Dillashaw) y le peleo”, finalizó “el Ninja” para seguir viaje arriba de su moto. Un viaje más corto que el de su aventura de golpes y padecimientos personales. Una aventura que recién comienza.
(*) especial para 442