El río Uruguay continúa con la bajante y ayer estaba en 3,60 bajando. Autoridades municipales anunciaron que comenzarán con los trabajos para acondicionarlos en lo que resta de temporada.
Mientras el río continúa en bajante, este descenso permitió que recién este martes se pudiera ingresar a Banco Pelay y balneario Itapé. Uno de los primeros en recorrer los lugares fue el intendente Carlos Schepens quien constató en la mañana de este martes el grado de daño sufrido en los balnearios tras la creciente. Si bien en Banco Pelay es notoria la cantidad de barro y agua que existe en las calles internas, la Municipalidad ya dispuso las acciones y coordinaciones logísticas a fin de poder habilitar las playas nuevamente en el menor tiempo posible.
Schepens estuvo acompañado por el secretario de Gobierno Ricardo Vales, el subsecretario de Turismo, Jorge Gay, y el director de Turismo Fernán Galotto, quienes confirmaron que, entre las tareas a realizar, por tercera vez en la temporada, se debe hacer nuevamente la limpieza, fumigación y acondicionamiento general de instalaciones, calles y playa por parte del municipio y de los concesionarios para prestar los servicios en los respectivos paradores. Luego personal municipal deberá volver a poner a punto del sistema cloacal y de agua en todos los sectores del principal balneario uruguayense, al igual que el sistema eléctrico. A esto se suman los trabajos que realizan los adjudicatarios de cada sector, al igual que en los balnearios Itapé y Paso Vera.
Los servicios de sanitarios serán reforzados de ser necesarios con baños químicos mientras se culminen los trabajos en cada sector. Recordemos que luego de la inauguración de los balnearios, en diciembre, hubo apenas tres semanas de playa y luego se comenzó a complicar todo con la crecida del río. Para las Fiestas de fin de año el agua cortó el camino de acceso a los principales balnearios y durante todo enero no hubo acceso a Pelay o Paso Vera. La situación complicada para los uruguayenses y turistas sin playas se menguó recién a mediados de enero, cuando se decidió abrir la Costanera de la Isla del Puerto, donde si bien no se permite bañarse, las playas se pudieron disfrutar aún con el río a más de seis metros.