En medio de un ritual a «San La Muerte», decapitaron y destriparon a un hombre que estaba desaparecido desde el 28 de septiembre. El brutal asesinato, conmueve a una pequeña localidad de unos dos mil habitantes en Santa Fe.
Un hombre fue destripado y decapitado para luego ser enterrado en medio de un sacrificio ritual ofrecido a «San la Muerte» celebrado en el pueblo de Amenábar, al sudoeste de Santa Fe, y por el brutal crimen hay un detenido.
El brutal asesinato que conmueve a esa pequeña localidad de unos dos mil habitantes, tuvo como víctima a Marcos Correa, de 39 años. El cuerpo de Correa fue encontrado decapitado y con el corazón extraído, y las sospechas apuntan a que aún se encontraba vivo cuando se inició su sacrificio.
Según la información difundida por el diario La Capital de Rosario, Correa, quien se encontraba casi en situación de calle y tenía problemas de adicciones, había sido visto por última vez el 28 de septiembre pasado y el 4 de octubre su familia denunció su desaparición. El hombre fue buscado por policías y vecinos en forma intensa, hasta el 13 de octubre pasado, cuando un poblador llamó a las autoridades, dijo que otro vecino le había confesado el asesinato y brindó precisiones sobre el lugar en el que se encontraba enterrado el cuerpo. El cadáver fue hallado en un basural y a pocos metros de un altar a «San la Muerte», un objeto de devoción pagano no reconocido por la Iglesia Católica.
De inmediato se ordenó la detención del sospechoso del asesinato, sobre quien se reunieron varias pruebas que corroboran su participación en el hecho, indicaron fuentes ligadas a la investigación.
El detenido, de 34 años, fue imputado por «homicidio triplemente agravado por ensañamiento, alevosía y odio religioso» por el fiscal Eduardo Lago, quien además pidió con éxito la «prisión preventiva sin plazo».
El presunto homicida, un trabajador rural, fue alojado en la Alcaldía de Melincué, a la espera de un juicio en el que podría recibir la pena de «prisión perpetua».
Marcos Correa tenía 39 años y vivía en Amenábar, localidad de unos 2 mil habitantes ubicada en el extremo suroeste de la provincia, a 230 kilómetros de Rosario. Llevaba una vida bastante marginal, sufría de adicciones y estaba prácticamente en situación de calle, aunque tenía familia.
«Nunca, en mis 15 años de ejercicio como fiscal, me había tocado investigar un crimen tan aberrante, cometido con tanto odio y tanta saña. Esto es el mal en estado puro, no es locura, es una opción consciente por el mal».
Con estas palabras, el fiscal de Rufino, Eduardo Lago, define el asesinato de Marcos Correa, cuyo cuerpo fue hallado en un basural de Amenábar, departamento General López, con signos de destrucción indescriptibles. Un crimen donde se mezclan el odio, el pensamiento mágico y ciertos rituales mortuorios. Por el caso, fue imputado el martes de esta semana Carlos L., quien permanece detenido sin plazo, y a quien se le pedirá la prisión perpetua.
Fuente: La Capital.