El número de muertos por coronavirus en Brasil llegó este sábado a 4.016, con 58.509 casos confirmados en medio de una crisis en el gobierno agravada tras la renuncia del ministro de Justicia, Sérgio Moro.
El boletín diario del ministerio de Salud indica que el número de fallecidos aumentó en 346 en un día, 9,4% más que ayer, aunque el récord fue alcanzado el pasado jueves, con 407 muertes en un solo día. Los casos confirmados crecieron 10,4 % y en la última jornada fueron detectados otros 5.514, reseñó la agencia de noticias EFE.
Los datos muestran la aceleración de la pandemia en el país, en un momento en el que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro se encuentra fuertemente debilitado tras la salida de Moro, que se produjo días después de la destitución del ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta.
Moro, quien como juez condenó a prisión al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, presentó ayer su renuncia después de que fuera destituido el jefe de la Policía Federal, Mauricio Valeixo, lo que fue interpretado como una interferencia política en el Poder Judicial.
Pese al avance de la enfermedad, Bolsonaro defendió en numerosas ocasiones la vuelta al trabajo de los brasileños y estimuló a algunos gobernadores y alcaldes a relajar las medidas de restricción.
Con 20.004 casos y 1.667 muertes, San Pablo (sureste) es el estado más afectado por el coronavirus, aunque también la región más populosa del país, con 46 millones de habitantes.
El gobernador del estado, Joao Doria, uno de los principales defensores de la cuarentena, anunció que el estado pretende ensayar una reapertura «gradual» de la economía a partir del 11 de mayo, aunque aseguró que la misma puede ser revisada dependiendo de la evolución de la curva.
Oficialmente, el estado registra 3.635 casos y 287 muertes, pero el número de entierros ha pasado de una media diaria de 30 a cerca de un centenar, lo que ha obligado a las autoridades a crear una especie de fosas colectivas para depositar los ataúdes.