El gobierno de Jair Bolsonaro lanzó una campaña, que luego no reconoció oficialmente en las redes, para pedirles a los brasileños que abandonen la cuarentena declarada por la pandemia y abran empresas y comercios, pese a que el número de infectados y muertos volvió a crecer hasta 3.417 y 92, respectivamente.
Mientras el juez federal de Rio de Janeiro Márcio Santoro Rocha anuló ayer el decreto presidencial que exceptuaba como servicios esenciales a las iglesias y negocios de lotería ya que “el decreto pone en riesgo toda la eficacia de las medidas de aislamiento social para aplanar la curva del coronavirus”.
Bolsonaro había levantado la apuesta presionando a gobernadores y alcaldes a eliminar la cuarentena y afirmó que no cree en los números provistos por los hospitales de San Pablo, el epicentro de la pandemia en Brasil, cuyo gobernador, Joao Doria, afirmó que el presidente es un “irresponsable” y el “garante de futuros fallecidos”.
El presidente mantiene una posición por momentos contradictora hacia la crisis.
Al mismo tiempo que pide que las personas “salgan a las calles a trabajar” y apoya manifestaciones de sus simpatizantes, hoy encabezó un acto del Banco Central para liberar 8.000 millones de dólares para una línea de crédito subsidiada a las Pymes, que les permita pagar salarios de hasta 400 dólares durante dos meses.
“¿Cuál es el gobierno? El del Ministerio de Salud o el del irresponsable de Bolsonaro?”, se preguntó el gobernador de San Pablo, quien denunció que recibió amenazas de muerte y enfrentó protestas de decenas de bolsonaristas.
Quince personas murieron en las últimas 24 horas de coronavirus en Brasil, lo cual elevó a 92 la cifra de fallecidos y de 2.915 a 3.417 los casos confirmados, 31 días después de la llegada del Covid-19 al país, según informó el Ministerio de Salud en su balance diario.
Pese a este incremento diario, Bolsonaro continuó hoy su enfrentamiento abierto y ahora oficial contra los especialistas de salud, gobernadores e intendentes con su campaña “Brasil no puede parar”.
La campaña fue lanzada inicialmente en las redes sociales del senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente e investigado por lavado de dinero y desvío de fondos públicos de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro. Incluso apareció y luego fue borrada del perfil de la Secretaría de Comunicación.
Preguntado si existe algún plan para un golpe de estado en Brasil en medio de las crecientes críticas de gobernadores, el Congreso y alcaldes, Bolsonaro respondió: “Nadie que piense en hacer un golpe de Estado lo va a decir”.
Y fue aún más lejos: “Lo lamento, habrá muertos, pero el país debe trabajar. Es como si las fábricas de automóviles paran por los 60.000 muertos por año en accidentes de tránsito”.