El Xeneize priorizó el orden durante todo el partido y por eso no tuvo reacción cuando un error de su arquero, Sergio ‘Chiquito’ Romero, terminó en el gol de cabeza de Javier Correa luego de un córner.
En el primer tiempo, ambos conjuntos priorizaron el orden por sobre cualquier otra cuestión y el desarrollo fue la consecuencia lógica de eso: no tuvo emociones ni grandes rendimientos.
La diferencia que justifica su triunfo es que el Pincha supo cambiar a tiempo. Eduardo Domínguez oxigenó a su equipo en el complemento con las modificaciones y, así, el local comenzó a generar peligro.
El conjunto de Diego Martínez no se supo adaptar, siguió jugando igual y ni siquiera tuvo ocasiones de riesgo.
De esa forma, llegó la acción de pelota parada a los 67 minutos, cuando Correa anticipó a todos en el córner y cabeceó solo, bien direccionado aunque sin gran potencia. Ahí apareció el error de Romero, que no fue bien a buscar la pelota abajo y se le escapó. El balón entró rodando despacio al arco y el estadio UNO explotó en un festejo.
Fue un encuentro muy parejo y hasta, por momentos, aburrido. Nadie se hubiera sorprendido si terminaba en un 0-0 pero si uno de los equipos merecía llevarse el triunfo, ese fue Estudiantes.