Jugó bien y venció 2-1 a Cerro porteño. Orion, quien atajó un penal, fue clave en un arco; y el trío Lodeiro-Tevez-Pavón fueron letales en el otro.
De un vértice al otro. De arco a arco. El Boca que le ganó anoche a Cerro Porteño en Asunción, quizás por primera vez desde que los mellizos Barros Schelotto se sientan en el banco de suplentes, tuvo puntos altos en todas sus líneas. Desde Orion, que atajó un penal y varias otras jugadas, hasta el tridente ofensivo que conformaron Lodeiro, Pavón y Tévez. Hasta Pablo Pérez, que iba a ser sancionado por el club, tuvo un partido de redención: quitó muchas pelotas en el medio y –oh sorpresa– ni siquiera fue amonestado.
El primer tiempo de Boca fue perfecto. Por el resultado, pero sobre todo porque dominó de principio a fin. Sólo tuvo un contratiempo: cuando Beltran, con una chilena, casi le empata, al final de la primera parte. Cerro se animó un poco, especialmente por la zona que defendía Gino Peruzzi.
Pero antes que esa tímida reacción del equipo paraguayo, Boca entró al campo con la premisa de atacar y ser el dueño de la pelota. El dúo Meli-Pérez resultó clave en ese aspecto. Porque recuperó y fue la autovía para que la pelota le llegue a los delanteros, sobre todo al joven Cristian Pavón, que hizo un hueco en el lateral izquierdo de la defensa paraguayo y complicó en la primera hora del partido.
Ese costado izquierdo fue el punto débil de los paraguayos. De hecho, el gol xeneize se amasó en todo ese sector del campo: una serie de toques y rotación de jugadores, un centro de Meli y un cabezazo de Tevez, que apareció repentinamente y salió festejando. Era merecido, porque Boca ya había tenido varias opciones de gol. Y siempre fueron por derecha: un centro de Pavón que pasó lejos de la cabeza del uruguayo Lodeiro; un cabezazo desviado de Insaurralde; y otra situación en la que Meli –al que Pavón asistió– casi rompe el cero. Todo eso sirvió como prólogo, o como anuncio, del gol de Tevez.
Pero si Cerro había mejorado en el final del primer tiempo, homologó ese cambio en el segundo. Ya en el primer minuto no le cobraron un claro penal que, encima, derivó en un mano a mano que Lodeiro no supo definir. Cerro estaba ahí, acechando, y se encontró con un regalo del árbitro, que acaso recordó el penal que no había cobrado unos minutos antes, y vio un empujón inexistente del Cata Díaz a Domínguez. Orion hizo justicia, y se lo atajó a Leal.
Luego, una buena jugada de Tevez terminó en un golazo de Lodeiro, que resolvió de modo impecable. Sólo quedaba festejar, aunque el festejo se atenuó por el descuento -de penal- de Domínguez.