Así sentenció Cristian Gietz, Director de Hidráulica de Entre Ríos, en diálogo con La Prensa Federal, durante este lunes. Además, brindó detalles de la situación que se vive en la Cuenca del Plata (conformada por varios ríos, entre ellos, el Paraná y el Uruguay), los desafíos y complicaciones que trae la bajante; y comparaciones con otros sucesos similares del pasado.
En primer lugar, Gietz destacó que «lo que preocupa mucho es la bajante del Paraná y su persistencia, ya se van a cumplir 2 años y medio de estos niveles bajos, y que por diversos motivos como la permanencia de la niña, pueda continuar esta situación por algunos meses más».
Asimismo, indicó a La Prensa Federal que «sobre el río Paraná hay 4 ciudades que toman agua potabilizadora en Entre Ríos, que son Paraná, Santa Elena, Villa Urquiza y Piedras Blancas, el resto es un sistema mixto con pozos. Si bien ha sido una complicación esta bajante que se manifestó durante todo el 2021, dichas ciudades han readecuado sus instalaciones en las tomas para abastecer a su gente. Entonces, podemos entender que, por más que se acentúe la bajante, el consumo de agua está atendido».
Aunque advierte: «a su vez, deberíamos de prestar atención al tema de la responsabilidad ciudadana en lo que respecta al cuidado del agua, su uso y la frecuencia de actividades que demanden gran cantidad del recurso».
Por ejemplo, «la ciudad de Paraná consume 2 metros cúbicos por segundos del río para su distribución a todos sus habitantes, mientras que el caudal del Paraná ofrece muchísimo más que este valor, y el principal problema es la disponibilidad de las tomas, pero ya está cubierto en dicha localidad como en las demás».
En este sentido, «entiendo que la cantidad de químicos para el tratamiento del agua se incrementa en estos momentos, porque el agua que se toma por ahí está con más sedimentos. El tratamiento se vuelve más caro, y es un efecto de la bajante».
Según el funcionario, «esto es naturaleza pura, es un ciclo que tiene la Cuenca del Plata. Nosotros hablamos de variabilidad climática, y no está directamente relacionada al cambio climático. Esto se presentó en numerosas ocasiones en el siglo XX, y en ese momento no se hablaba de nada relacionado al calentamiento global y demás. Son ciclos que hay que esperar que la naturaleza los supere y volverá a la normalidad».
A su vez, Gietz señala que «la particularidad de este ciclo de La Niña, es la continuidad que lleva. El año 70 fue la última bajante pronunciada del Paraná, por lo que hubo que esperar 50 años para que se vuelva a dar algo como lo que estamos viviendo hoy. Esto se revertirá de a poco, no es cuestión de un día para el otro».
Sobre el rol del Estado, afirmó: «el año pasado se llevó a cabo, por parte del Gobierno nacional, una provisión de fondo para la readecuación de las tomas de agua en varios municipios de la Cuenca del Plata, pero mucho más que eso no se puede hacer. Es algo evidentemente natural y que supera cualquier acción del hombre».
Aunque Gietz no pierde la esperanza de una posible remontada en los niveles de toda la Cuenca, ya que «en enero del 2021 estábamos atravesando una situación similar, y a partir de la segunda quincena del mismo mes, comenzó a llover en Brasil en la parte superior del río, y estuvo 3 metros sobre su nivel normal».
«Ojalá que veamos un repunte en breve», finalizó.