Septiembre está dedicado tanto a los estudiantes, como a los maestros. Nuestros animales de compañía, con sus acciones, se convierten en los mejores educadores de sus dueños. Sin embargo, insistimos a que ellos se comporten como nosotros, los humanizamos. Les estamos enseñando a nuestras mascotas a comportarse como nosotros, a pesar de que ni siquiera tenemos la capacidad de sostener relaciones felices con los miembros de nuestra propia especie. En cambio…. ¿qué tanto podemos aprender de ellos? Las mascotas son capaces de despertar muchos sentimientos y emociones. La mayoría de personas que deciden tener un animal de compañía pueden confirmar que su llegada imprime un cambio en todos los miembros de la familia. Los perros, por, sobre todo, están diseñados para valorar cualidades como el honor, el respeto, la honestidad, la confianza, la lealtad y la compasión. Parece casi una utopía pero no lo es y nuestras mascotas son el perfecto ejemplo que muestra y demuestra diariamente el mejor valor del ser humano. Y sí, son animales, pero son nuestros mejores maestros.
Los que tenemos uno de estos amigos a nuestro lado ya sabemos de lo que hablamos. Esta es una de esas cosas que hay que vivir para entenderlas. Muchos de los que tienen un perro por primera vez se sorprenden felizmente del vínculo tan grande e intenso que se forma. Uno más de la familia al fin al cabo. Un familiar muy cercano que hace que la vida te cambie bridándote un mayor sentido y una mayor felicidad. Y es que ellos te regalan una de las mejores cosas de la vida.
Ya a lo decía el escritor francés Anatole France: “Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida”.
Como por arte de magia nuestras mascotas tienen el poder de aumentar la interacción y los contactos sociales, de jugar un papel crucial en la familia a nivel de desarrollo infantil, de aportar una eterna compañía y una mejor calidad de vida a las personas mayores que viven solas o que están deprimidas aportándoles un motivo de ilusión y motivan respuestas positivas en personas discriminadas, agresivas o que sufren enfermedades mentales. Además, son capaces de aumentar las posibilidades de supervivencia tras una grave enfermedad, de reducir el nivel de estrés e incluso ayudan a reducir el número de visitas al médico.
Su lealtad está escrita en su ADN. Son los únicos que proporcionan compañía constante y siempre están ahí cuando se necesita consuelo.
Ellos nos lo aportan todo, nos hacen más responsables, nos suben la autoestima, nos mejoran la salud, nos hacen sentirnos mejor… se convierten en el motivo para levantarnos cada mañana y en nuestros confidentes.
¿En quién encuentras algo igual? Son los únicos seres que tienen todas las virtudes del ser humano y ninguno de sus defectos y que, además, son un gran ejemplo de superación mientras nos enseñan a vivir la vida al máximo, disfrutando cada momento y aprovechando las cosas más simples y extraordinarias.
Nuestras mascotas tienen un don y siempre serán nuestros mejores maestros.
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