Desde los heroicos, los mitológicos, los ideales, ellos fueron soñados para trotar en los verdes. La verdad en nuestra realidad es otra. Ellos no galopan campos, sino que muchos de estos recorren su devenir en el pavimento.
Es una verdad que se replica en muchas ciudades de nuestro país. La nuestra no está exenta. No podemos hablar por las otras comunidades, aunque si podemos mirarlas con esmero pues han tenido el valor de implementar algún tipo de cambios para paliar la realidad de estos caballos y los carreros; sea por medio de motos carro, planes para estas personas que vivían a costa de esta actividad tengan una mejor realidad.
Desde aquí, podemos hablar por lo que se tiene que hacer por ellos. Este cambio que instamos desde hace ya un año quizá sea el comienzo de uno que se pueda reflejar en otras. Modelo de cambio, de orgullo…magnánimo concepto para que nuestros representantes tanto del poder Legislativo y del Ejecutivo se piensen y así actúen.
El Municipio ha comprado un tráiler- batán el cual serviría para la implementación del protocolo de Regulación de la Tracción a Sangre, caballos caídos o sueltos y así trasladarlos a un lugar seguro si es que, el que certifique ser su dueño, no cumple con lo dispuesto por las leyes municipales.
¡AYUDENOS A AYUDARLOS!!!
Con esta consigna no solo estamos instando al Ejecutivo Municipal que no demore aún más en implementar esta medida, que se revele el Decreto que el Dr. Lauritto prometió hace tres meses y que este sirva para que se active tal protocolo que no solo proteja al bien común, sino también el del ciudadano que transita las calles estando en inminente peligro ante un siniestro vial con estos carros, el llamado carrero y el animal.
Desde el Legislativo, que legisle y no solo sea una máquina de elaborar ordenanzas algunas sin peso de impacto social. Que actúe como tiene que ser también, contralor de su implementación. Ellos tienen el deber de hacerlo.
Tales poderes son eslabones de una cadena que tiene que ser construida desde las bases sociales también. Esto es lo que estamos haciendo las proteccionistas, no solo bregando para que los que tienen el poder puedan gestionar cambios, sino que, tratamos de vincular voluntades de parte de la ciudadanía, las que se ha ofrecido como posibles adoptantes de estos sufridos caballos. Ciudadanos que son parte de esa cadena que hará que esos animales no lleguen a ser ni heroicos, ni fantásticos, ni ideales, sino simplemente libres caballos los que nunca tendrían que haber dejado su lugar, el campo.