En busca de la representación de “la lechuza” en el ámbito funerario, entre otros símbolos, hemos recorrido innumerables cementerios. Por citar cinco, entre muchísimos más, el nuestro, los uruguayos de Salto y Paysandú, y los de las ciudades entrerrianas de Gualeguay y Urdinarrain.
Mucho se ha dicho sobre ella. Ave nocturna, impura, demoníaca, asociada al mal, los sacrificios, la brujería, las calamidades o agüeros siniestros, la oscuridad, las tinieblas y la muerte, de ahí ave funeraria o lúgubre.
Su ulular hace referencia al llanto o gemido como símbolo de tristeza.
Paralelamente asociada a Cristo y a la sabiduría. En las culturas precolombinas (vinculada al trasmundo e inframundo), por su capacidad visual nocturna. De ahí que se la grabe en objetos funerarios (urnas generalmente) para que acompañe al difunto entre las sombras de la muerte hasta llegar a la nueva vida, a la luz.
También se la ubica en portales como guardiana.
Atributo de varias diosas: Palas Atenea (griegos), Minerva (romanos), Neit (egipcios), Minerva (etruscos), Lilith (mesopotámicos), entre otras e inspiradora de las artes y de los trabajos por la paz.
En el Cementerio de Concepción del Uruguay, la encontramos apoyada sobre una rama de roble en el tímpano del friso lateral del panteón del Coronel Teófilo De Urquiza y en una de las dieciséis metopas del friso del Panteón de Dolores Costa De Urquiza, esposa del General Justo José de Urquiza (1801-1870). En Salto la hallamos en el ápice del frontón del panteón N° 339, sin identificar, y en la monumental tumba (N° 431) de la Familia Barboza, cuya lápida, año 1913, es de F. Grassi y el monumento de Chicli & Vanelli (Carrara -Italia).
En Paysandú, Cementerio Central, en el nicho de la familia Lecar (1872), en cuya lápida de mármol de carrara se muestra a dos lechuzas de trazo bastante precario e infantil (naifs diríamos ahora) sobre una palmera (árbol de la vida) amenazadas por un animal con apariencia de comadreja (generalmente asociada al mal). Aquí se las ubica como guardianas por eso la comadreja busca devorarlas para dejar paso al mal.
En el cementerio de Gualeguay la hallamos apoyada en una de las puertas laterales de acceso al mismo, con el mismo significado, de guardiana. Y en el de Urdinarrain anidan en el mismo camposanto y alcanzamos a fotografiarla cuando ya la tarde caía y ella se adueñaba de la noche.