Tras la polémica que se dio días atrás con la decisión del gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, de dar marcha atrás con la medida de no aplicar menos de 4 en escuelas secundarias, La Prensa Federal dialogó con Alba Hernández, reconocida pisopedagoga, para brindar más detalles sobre la iniciativa.
Gustavo Bordet, gobernador de Entre Ríos, decidió dar marcha atrás con la medida de no calificar alumnos secundarios con menos de 4, y removió los responsables. La polémica ha desatado comentarios de diferentes índoles.
En este marco, La Prensa Federal dialogó con Alba Hernández, psicopedagoga con gran trayectoria, para brindar más detalles al respecto.
En primer lugar, Hernández aseguró: “yo trabajé más de 10 años en la secundaria, como orientadora educativa en Basavilbaso, y la verdad que esta resolución tendría fines comunes con lo que veníamos sosteniendo desde la institución desde antes de la pandemia”.
“Siempre apostábamos y solicitábamos que en el primer trimestre no hicieran el uso de los aplazos, teníamos que abrir el nivel secundario para incluir a todos. Diferentes sectores poblacionales que sabíamos que luego abandonaban el sistema”, explicó.
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E indicó que “llevó bastantes años convencer a los profesores. Cuando salió la resolución, la ví con buenos ojos, porque no es aplicable a todo el año, sino que es para el primer trimestre. El chico que entra a la secundaria debe adaptarse, es todo nuevo, y aplazarlo de entrada puede resultar en pérdida de motivación”.
Aunque aclara que “esos números bajos se daban en el ciclo básico, porque el alumno que ya empieza en cuarto año, viene formado con otra visión, pero los aplazos los veíamos mucho en los primeros años de la secundaria”.
En este sentido, Hernández agregó que “de primaria a secundaria es un cambio profundo. El tema del aplazo es que si yo coloco un 3, le exijo al chico tener como mínimo un 9 en los dos próximos trimestres como para quedar aprobado”. La profesional considera que el alumno vuelve a estar en una situación de poca motivación, porque es irremontable.
“Como profesor, con un aplazo, le estoy quitando la motivación al alumno; en cambio, con un 4 o 5, tenemos otra perspectiva”, expresó, por lo que “esto es acompañamiento, no una baja de calidad educativa”.
Siguiendo con esta línea, Hernández señaló que “con la pandemia, yo veo a chicos que hoy están en tercer año, con sus dos primeros años virtuales o en sistema mixto, y recién este 2022 conocen la escuela tal y como corresponde. Si este año le ponemos un 1 o un 2 a los chicos, no les doy expectativas para la secundaria”.
Por ejemplo, “en tercer grado de primaria, el niño debe tener la alfabetización completa, pero un alumno que hoy está en ese grado tiene un primer año entero junto a su familia con un núcleo cerrado en el cual no se vio la alfabetización completa”.
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Y admite que “hoy estamos viendo niveles alarmantes de chicos que les cuesta leer y escribir, y el aplazo es sumar un problema más a ese adolescente”.
Para su entender, no está mal calificar con numeración, ya que “no todos somos iguales ni tenemos el mismo rendimiento”, porque la numeración me dice si estoy mejor o peor que antes. “Ahí comparto este tipo de calificación, pero que prevalezca el sacrificio, voluntad y sacrificio”, agregó.
Hernández consideró que “en la secundaria vamos a formarnos, no solo educativamente, sino como personas también”.