Apedrearon fumigador en la zona rural de Santa Anita

p6 2815Cualquiera tiene una máquina y sale a «fumigar», no hay capacitación, y la habilitación de las máquinas es un mero trámite con fines de recaudar. El reclamo llegó de parte de un productor al que apedrearon por realizar su trabajo.

Un empresario de esa zona denunció que una de sus máquinas fue apedreada en la zona rural de Santa Anita. Afirmó «no somos escuchados» y se quejó que «no hay una discusión seria sobre la cuestión (las agroaplicaciones)» y que «hay una persecución que atenta contra la fuente de trabajo». El empresario le dijo a Riel FM que «esto ya parece una caza de brujas…nos meten a todos en la misma bolsa. Anoche, por un problema mecánico, dejamos estacionada en la zona rural de Santa Anita una máquina mosquito -que aún no había trabajado- y la atacaron a piedrazos, lo que provocó la rotura del parabrisas…», se quejó Gustavo Hein.

 

El empresario señaló que «no somos escuchados» y que «no hay una discusión seria sobre las agroaplicaciones» y que «hay una persecución que atenta contra la fuente de trabajo». «Las reuniones impulsadas desde la legislatura fueron buenas para las tapas de los diarios, ocurre que no están todos los actores que debieran y se piensa en un maquillaje… en el campo -como en todo ámbito- se hacen las cosas bien y mal, y no es posible que quienes nos preocupamos por hacer las cosas como corresponda paguemos los platos rotos», declaró ofuscado. «Cualquiera tiene una máquina y sale a «fumigar», no hay capacitación, y la habilitación de las máquinas es un mero trámite con fines de recaudar…pagas en el banco y te mandan una oblea y eso te habilita una máquina con la que podes hacer cualquier macana en el campo.

 

La verdad es que cuando te dicen «máquina habilitada» da risa, si ni siquiera vienen a inspeccionarlas…te habilitan bajo un cierto protocolo que consiste en enviar un formulario a la Secretaría de Agricultura y esta expide una oblea con la leyenda: «habilitación 2015″, en fin…», prosiguió el empresario. Según Hein «no existe un control por parte del Estado que garantice las condiciones que tiene la máquina, ni que conocimientos tiene el que trabaja con ella», y que con una experiencia de casi una década y media en el rubro afirmó que con su empresa -como lo hacen otras tantas- «invierto constantemente en capacitación, por lo que siento indignación e impotencia con lo que nos ocurrió». Pero además reconoció sentirse «asqueado» con la liviandad con que se trata el tema, «hay gente que -a pesar de tener colgados diplomas en la pareddice cosas que dan risa, peor aún generan un clima que radicaliza la cuestión, lejos de buscar soluciones a los problemas que se nos presentan».