Antonella González: Amamantó a su hija en el entretiempo y fue viral


En el día de ayer se viralizó en distintos medios nacionales y redes sociales, una imagen donde se ve a Antonella González, jugadora del Tomás de Rocamora amamantando a Mady, a su pequeña hija en el entretiempo del partido ante Vélez Sarsfield por la Liga Femenina de Básquet.

Imagen Twitter Carlos Altamirano.


Sin dudas es una imagen que habla como dice Olé: «Una situación atípica en un gimnasio de básquet, pero que refleja a la perfección el doble esfuerzo de las jugadoras madres, que deben atender sin excusas sus prioridades.»

Foto Prensa Rocamora.


Y agrega después: «lo sucedido en el Templo del Rock demostró que es difícil combinar la pasión por el deporte de alto nivel con la crianza de un hijo. Pero no imposible. Algo que llama la atención, pero en fin, cotidiano para aquellas personas que conviven con ambas responsabilidades y hacen de ello su propio estilo de vida.»


Sin dudas para muchos es una situación atípica y también enternecedora, pero para muchas familias que viven el básquet, no tanto. La familia González es una de tantas, en nuestra ciudad, en nuestra provincia y en el país, de las familias que viven y crecen dentro y fuera de una cancha de básquet.

Mady siguiendo a mamá desde la tribuna. Foto Facebook Aldo González.


Si uno entraba al Paccagnella en los 80′ se podía encontrar a la Chiqui entrenando o dirigiendo inferiores del Rojo, o quizás al Tucumano en el banco de suplentes, mientras en las plateas y tribunas sus hijas, o su hijo seguían los partidos, dentro o fuera de la cancha. La abuela y el abuelo Giqueaux, también podían estar ahí con Lali (hoy entrenadora) en sus brazos.


Así si uno viajara en el tiempo, a cualquier día de los 90, 2000 o la década siguiente, siempre nos encontraríamos en el rectángulo o en el banco local del Paccagnella, ya sea dirigiendo o esperando para entrar, con algún integrante de la familia González Giqueaux, o Pag González o González Losada.


Vivir por y para el básquet sin dudas para todos significará un esfuerzo, pero sin esas familias que dejan todo y crecen al lado de una cancha, conteniéndose dentro y fuera de ella. Muchas veces teniendo al club como segunda casa, son los que mantienen vivos los clubes y al básquet.