La Municipalidad de Concepción del Uruguay, la sede local del Centro Social Israelita Argentino y el Programa “AMIA Cultura Federal” realizarán este jueves una actividad en recordación de las víctimas del atentado a la AMIA, ocurrido el 18 de julio de 1994.
La actividad se desarrollará este jueves 19 de julio en el Auditorio Municipal “Carlos María Scelzi”, en cuyo hall a las 20 será abierta la muestra de fotos del fotoperiodista Julio Menajovsky, quien a las 20.30 hablará ante el público para dejar inaugurada la exposición. Media hora después comenzará la charla “Reflexión a 24 años del atentado de AMIA”, comenzando con la proyección de un video producido por AMIA.
Le seguirán palabras del intendente José Lauritto; del presidente local del Centro Social Israelita Argentino, Marcelo Banchik; del sobreviviente Martín Cano; y del vicepresidente de AMIA, Leonardo Chullmir.
El atentado
El 18 de julio de 1994 a las 9.53 se escuchó una fuerte explosión, seguida por un gigantesco hongo de humo y polvo, con 85 muertos y más de 300 heridos como consecuencia. Un cochebomba fue la modalidad empleada para realizar el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, en Pasteur 633 de Ciudad de Buenos Aires, atacando a la comunidad judeoargentina, la más numerosa de América Latina.
Testimonios
Este jueves, en el auditorio de nuestra ciudad, habrá testimonios importantes para recordar aquella fecha.
Martín Cano es sobreviviente del atentado a la AMIA y cuando sucedió la explosión trabajaba de mozo. Estuvo 12 horas bajo los escombros, en el subsuelo del edificio. Creyó que no sobreviviría, hasta que vio una grieta, una pequeña luz y luego una linterna. Eran sus rescatistas. Fernando Souto y Daniel Hernán formaron parte del grupo de socorristas en aquel sótano, permanecieron junto a Martín y lograron salvarlo.
Julio Manajovsky es un fotoperiodista con más de 20 años de profesión y docente en universidades públicas (UBA, Unicen) y privadas (Universidad de Palermo). El día del atentado, Julio, no trabajaba para ningún medio, pero se encontraba a unas ocho cuadras de Pasteur 633 en la Ciudad de Buenos Aires, el sitio donde una explosión azotó el edificio donde se erigía la AMIA, realizando un registro fotográfico en una agencia de trabajo. De repente, minutos antes de las diez de la mañana, el suelo comenzó a temblar, escuchó un fuerte estruendo y el sonido de vidrios rotos. No titubeó ni un instante en correr hacia el lugar de donde provenía la explosión y logró ser uno de los primeros en llegar, “de casualidad”, afirma. Una vez allí, debió mantener una mirada fría frente a los hechos, con el objetivo de no pensar sobre lo que sucedía a su alrededor: gente desesperada, muertos, muchos heridos y escombros por todos lados. Considera que su experiencia lo había preparado para enfrentar una situación de estas características. Algunas de sus fotos podrán verse expuestas en el hall del auditorio.