Vecinos del suroeste de la ciudad, especialmente en la zona de acceso a los frigoríficos, se quejaron ayer a este medio por «la falta de mantenimiento desde hace por o menos seis meses», lo que ha enangostado la calzada casi dos metros. En el lugar puede observarse
que el arrastre de las lluvias, ha depositado sobre los laterales del acceso una cantidad importante de tierra que, con el paso de los meses, ha servido de cama para el arraigamiento de gramilla, que a su vez la ha consolidado quitando un espacio de un metro por lado.
De esta manera, como los vehículos deben obligadamente acercarse hacia el centro de la calzada, se corre el riesgo de accidentes por maniobras imprevistas, ya que el conductor se encuentra con la señalada reducción de una esquina a la otra. Lo dicho puede observarse en la toma fotográfica, donde además se ve el trabajo de los propios vecinos, que han limpiado la boca del desagüe para que el agua no se acumule sobre la calle. Debe recordarse que se trata de una zona donde debió efectuarse una obra hidráulica importante, en virtud que la topografía aportó siempre un caudal por encima del habitual en las cercanías.
Al taponarse los ingresos laterales del acceso, especialmente entre calles Sarmiento y Henri, no sólo se dificulta el escurrimiento, sino que ese efecto colabora también con la acumulación de sedimentos que las pendientes del sur y el norte, aportan de forma natural. Las tareas de limpieza suelen realizarse en los laterales del acceso a la ciudad y también en las primeras cuadras del Tránsito Pesado, desde el monumento a Urquiza hacia el sur. Pero, por algún motivo, la tarea se interrumpe desde Sarmiento. La significativa pendiente de sur a norte, desde calle Suipacha, produce un arrastre que hace ocioso el mantenimiento, pero no ocurre lo mismo en el tramo entre Sarmiento y Henri.
Es una de las tantas zonas de la ciudad donde no es habitual que Obras Públicas de la comuna realice habitualmente inspecciones. Desde que se realizó el asfaltado de calles Alberdi y Sarmiento, el lugar registra un tránsito vehicular muy intenso durante todo el día. Las marcas de ese incremento pueden verse en el asfalto del acceso, a la salida de la rotonda del monumento a Urquiza hacia el sur. Baches profundos en las curvas y banquinas derruidas por el efecto arrastre del agua, se suman a la ausencia de calle colectora para girar a la izquierda por Alberdi, lo que produce largas colas y congestionamiento, además de maniobras imprudentes de sobrepaso y giro, en un lugar destinado al tránsito de camiones, con acolados de gran porte.