El evento La Niña finalizó con la transición a la neutralidad. Para los próximos meses los modelos prevén un probable desarrollo de El Niño que podría alcanzar niveles entre moderado y fuerte.
El Centro de Predicción Climática del Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NWS CPC por sus siglas en inglés) publicó el pasado 13 de abril la actualización de las tendencias sobre el fenómeno ENSO (El Niño Oscilación del Sur) en donde expresa que las condiciones actuales de neutralidad se mantendrían hasta por lo menos el otoño del hemisferio sur y tienen un potencial desarrollo las condiciones de El Niño durante el trimestre del invierno.
Para Argentina, esta situación podría ser una gran recuperación luego de la extensa y extrema sequía que vivió durante los últimos tres años y especialmente durante el último ciclo, el que se potenció de manera muy significativa.
Según los pronósticos, a partir del trimestre mayo-junio-julio ya se puede alcanzar una probabilidad del 62% de desarrollar una situación de evento El Niño, mientras que durante el trimestre agosto-septiembre-octubre se supera el 80% de probabilidad de ocurrencia.
Los impactos del fenómeno climático El Niño durante el invierno en Argentina
Si bien es cierto que a partir del invierno ya podría establecerse este fenómeno de El Niño, todavía los impactos no serían de lo más destacados. “Hay que remarcar que durante el trimestre invernal este evento no genera grandes variaciones de las lluvias respecto a los niveles normales para los meses de junio-julio-agosto”, detalló el meteorólogo Leonardo De Benedictis.
En cambio, las temperaturas sí podrían mostrar algunos rasgos más significativos, ya que el trimestre del invierno bajo la influencia de un Niño, suele ser más cálido de lo normal, presentando un menor nivel en la recurrencia de heladas y menor influencia de los ingresos de aire frío.
Esto no implica que no se observen fenómenos de frío intenso, sólo hace referencia a una menor frecuencia.
Para cuándo pronostican los eventos más significativos de El Niño
Una de las cuestiones más salientes del evento empieza a aparecer durante la primavera. El trimestre septiembre-octubre-noviembre suele ser más lluvioso de lo normal, presentando precipitaciones más abundantes y de manera más generalizada.
Pero “sin lugar a dudas, la mayor diferencia con respecto a los niveles medios se observa durante el verano, momento en el cual las lluvias son mucho más significativas que los promedios históricos”, dijo De Benedictis.
Las temperaturas en los océanos potenciarían el exceso de lluvias
Según los modelos de mediano y largo plazo, no sólo hay chances de que se genere un evento El Niño, sino que, además, prevén que sea un evento moderado a fuerte y esto podría potenciar la situación de lluvias excesivas en diferentes zonas del país, principalmente la región del NEA que es la zona más susceptible a este tipo de eventos.
“Las temperaturas superficiales del agua del mar están alcanzando valores relativamente altos nunca observados antes en la época moderna y esto podría generar un rápido desarrollo a un evento El Niño y potenciarlo”, completó De Benedictis en Meteored.