Un hombre de 60 años, que se sometía a un tratamiento, fue víctima de un hurto cuando, dejó su riñonera en la sala de tratamiento. Un chico de 14 años y un amigo, tenían los elementos sustraídos en su poder.
En un tranquilo mediodía, el Instituto de Terapias y Educación Oportuna (ITEO) se vio sorprendido por un robo que, a pesar de la tensión inicial, tuvo un desenlace ágil gracias a la rápida intervención policial.
Un hombre de 60 años, que se encontraba realizando sesiones de kinesiología, se convirtió en víctima de un hurto cuando, en un descuido, dejó su riñonera desatendida en la sala de tratamiento.
La riñonera contenía un celular, la llave de su auto y una importante suma de dinero: aproximadamente, 500.000 pesos en efectivo. Fue un menor de 14 años quien, aprovechando la ausencia del damnificado, sustrajo la riñonera y se retiró rápidamente del lugar.
Al percatarse del robo, el hombre no dudó en comunicarse con el 911 para reportar la situación. La Policía de la Comisaría Segunda actuó con celeridad. Tras recibir la denuncia, los agentes comenzaron la búsqueda del menor. Inicialmente, se dirigieron a su domicilio, pero al llegar, no encontraron a nadie.
Sin embargo, gracias a una información adicional, los efectivos lograron localizar al joven en la escuela a la que concurre. Con la colaboración del personal de la institución, se recuperó la riñonera, que contenía $443.160 pesos y la llave del vehículo. No obstante, el celular del damnificado se encontraba en poder de otro adolescente, quien, al ser abordado, lo entregó voluntariamente.
La intervención de la fiscalía fue inmediata, y por disposición del fiscal interviniente, se procedió al secuestro de los elementos robados y a la identificación de los menores involucrados en el incidente. A pesar de la angustia inicial del afectado, la rápida respuesta de las autoridades permitió recuperar los objetos sustraídos.