El 19 de julio de 1976, el grupo de tareas de la Policía Federal en Concepción del Uruguay secuestró y sometió a tormentos a un grupo de estudiantes secundarios y a militantes de Juventudes Políticas, dentro del marco del terrorismo de Estado y del Genocidio ejecutado en nuestro país entre 1976 a 1983.
Se trató de Darío Moren, referente local de la Juventud Peronista, Horacio Valente, simpatizante del Peronismo Auténtico y de Carlos Martínez Paiva, militante de la izquierda, que luego de dos semanas de ser sometidos a las más crueles torturas fueron trasladados al Penal de Coronda, provincia de Santa Fe, donde estuvieron encarcelados hasta finales de 1978.
Junto a ellos, también fueron secuestrados y sometidos a tormentos los estudiantes secundarios: Juan Carlos Romero (Kaku) ,Carlos Zenit (Negro) y Victor Baldunciel (Tito),militantes de la UES y del centro del Colegio. También, Roque Edmundo Minatta (Pepa) Juan Carlos Rodríguez (Changui) militantes de la UES y del Centro de la Escuela Normal y César Manuel Román, militante de izquierda y del centro de la Escuela Normal. Los estudiantes secundarios al poco tiempo fueron liberados en diferentes días bajo la figura de “libertad vigilada”, vale decir, no podían salir de la ciudad.
Aquellos hechos que se iniciaron el 19 de julio de 1976, con los secuestros de quienes eran en ese momento militantes estudiantiles de escuelas secundarias de nuestra ciudad se recuerdan como La Noche del Mimeógrafo, debido a que las víctimas eran interrogadas acerca de la ubicación de ese instrumento con el cual habían impreso volantes de denuncia contra la dictadura de Jorge Rafael Videla.
Dictadura y resistencia
“Es importante rememorar y denunciar una y otra vez este evento aciago de la historia de nuestra ciudad, pues, señala la presencia del terrorismo de Estado en el plano local. Identifica y denuncia la presencia en 1976, de un grupo de tareas de la Delegación de la Policía Federal en concepción del Uruguay”, destacan los integrantes de la Comisión de Ex Detenidos y Desaparecidos de Concepción Del Uruguay, a través de una nota en la que firman Victor Baldunciel, Roque Minatta, Juan Carlos Rodríguez y Cesar Román.
“Pero tan importante como ello, si nos importa de verdad el Nunca Más, es reflexionar sobre la práctica y el discurso militante de aquellos jóvenes uruguayenses. Reflexionar desde el hoy, desde una mirada retrospectiva, el esfuerzo de aquellos jóvenes por comprender el carácter de la dictadura y resistir a su poder omnímodo, con los pocos recursos que contaban: mimeógrafo y palabras”, señalan.
Además, agregan: ¿Videla era fascista o era un general democrático que venía a restaurar el orden civil perdido a manos de políticos inescrupulosos y demagogos? El interrogante es válido para el ayer pero también para la actualidad, cuando grupos que ejercen prácticas fascistas acechan en nuestra ciudad destruyendo objetos de la memoria popular que identifican nuestro universo simbólico e imaginario. A 44 años de La Noche del mimeógrafo: ¡Memoria, Verdad y Justicia a los culpables¡ ¡No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos¡ ¡Por el esclarecimiento del acto vandálico contra el busto de Osvaldo Bayer¡”
El juicio
Tres décadas después de aquella noche, en
febrero de 2006, César Román, una de las víctimas, que reside actualmente en
Mar del Plata, lo denunció ante el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay.
En diciembre de 2012 el Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a represores
que actuaron en Concepción del Uruguay, sin embargo José Dario Mazzaferri, jefe
del grupo de tareas de la Policía Federal no había podido ser juzgado por
encontrarse prófugo.
El ex comisario mayor de la Policía Federal Argentina, José Darío Mazzaferri en 1976 era oficial subinspector en Concepción del Uruguay. Entre los años 2009 y 2013 estuvo prófugo con pedido de captura internacional. Fue detenido en la Provincia de Buenos Aires en 2013 y en 2017 lo juzgó el Tribunal Oral Federal de Paraná, Entre Ríos, por delitos de lesa humanidad.
El ex policía federal José Darío Mazzaferri fue condenado el 27 de julio de 2017 a 20 años de prisión tras haber sido responsabilizado como coautor de los delitos por los que fue acusado: asociación ilícita, torturas, secuestros y allanamiento ilegal de domicilios. Las víctimas de Mazzaferri estuvieron en el Salón del Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay, donde se transmitió en vivo el dictado del veredicto y luego dieron una conferencia de prensa cargada de emoción.
Mazzaferri era quien comandaba la patota que se encargaba de secuestrar a los militantes y mantenerlos cautivos en la sede de la Policía Federal, donde él mismo se encargaba de someterlos a salvajes torturas. Además era él quien enseñaba a sus pares cómo usar la picana.
El era el eslabón perdido de aquel juicio que tuvo en el banquillo de los acusados al jerarca de la dictadura que fue Albano Harguindeguy, en el año 2012, en un juicio en el que fueron condenados Julio César Rodríguez, alias el Moscardón Verde, y Francisco Crescenzo, también policías federales.