La Recepción, afuera de la Escuela Normal

p2-1 26-3-Como ex -alumna y madre de alumnos que asisten a la Escuela Nacional Normal Mariano Moreno, lamento profundamente la decisión que ha tornado de manera autoritaria, arbitraria e inconsulta el Sr. Rector de la misma Prof. Lucio Carrancio, al no permitir mas que se haga la Fiesta de Recepción de los alumnos egresados en el patio del establecimiento

, basándose solamente en una conveniencia personal, la que no le permite tomar ningún riesgo ni compromiso como Rector del establecimiento y sin considerar el sentimiento de los chicos con esta decisión, la costumbre que se fue transmitiendo año a año en la escuela transformándose con el paso del tiempo en una tradición y es esa tradición con la que este Sr., con su arbitraria decisión, pretende terminar.

 

Si bien como lo expresó verbalmente ante los padres, no hay normativa que lo obligue a «ceder» la escuela para este acontecimiento (como si fuera propietario de la misma) tampoco hay nada que lo prohíba, como dice el Derecho Consuetudinario llamado Usos y Costumbres «son normas jurídicas no establecidas en ninguna ley pero se cumple porque con el tiempo se ha hecho costumbre cumplirla».Mi hija terminó en dicha escuela y junto con un grupo de padres tomamos la posta de organizar la Fiesta, somos los padres los que nos movemos, hacemos las presentaciones ante las distintas instituciones, solicitamos los servicios y tomamos los recaudos necesarios para llevar adelante la fiesta, que cabe recordar es muy numerosa y es la razón principal por la que se realiza en la escuela.

 

Cabe destacar que la Cooperadora de dicha escuela fija en concepto de «Donación» un monto que la Comisión debe abonar y el sr que trabaja coma personal de maestranza del establecimiento también fija un importe para limpiar el patio de la escuela después del evento y con esto quiero aclarar que nada es gratis ni a modo de colaboración. Por otra parte, debe destacarse el comportamiento de los asistentes a la última fiesta, donde no se registraron hechos de violencia ni de vandalismo que ameriten una extrema decisión como la planteada.

 

La cantidad de personas asistentes al evento (más de 700 habitualmente), obliga a buscar un lugar con tal capacidad que en la ciudad no existe. Finalmente, el Sr. Rector se inclinó por el camino más fácil, que es decir «no» y jamás planteó la búsqueda de una alternativa que contemple salvaguardar sus responsabilidades, personales con la tradición que durante décadas se lleva a cabo en el establecimiento, exponiendo a los egresados y sus familias a una situación de difícil solución, por no decir casi imposible. Par ello, apelo a la revisión de la decisión adoptada por parte de las autoridades del establecimiento. Lo chicos merecen una oportunidad para que confiemos en ellos.  

Una mamá preocupada