El misterio y las dudas rodean el crimen de un soldado en la ciudad de Chajarí. Fabricio Leonel Bermani, de 22 años, hacía poco que había ingresado al Ejército Argentino y tenía un muy buen concepto. Además, era arquero del club Florida y muy querido en el ambiente deportivo. Nadie se explica su muerte, ocurrida de manera violenta cuando cubría una guardia, ya que no tendría problemas con nadie. Aunque no se descarta ninguna hipótesis, se cree que el motivo fue el robo del fusil reglamentario, y se comparó el hecho con uno similar ocurrido hace pocos días en Santa Fe. Pero las miradas apuntan también hacia el interior de la unidad militar.
Bermani estaba tirado en el suelo, del otro lado del alambrado, en la banquina de la ruta 2. Trataron de reanimarlo, pero ya estaba muerto. Observaron que tenía mucha sangre en la zona de la cabeza, donde tenía una importante lesión. Al parecer, lo habrían puesto de rodillas y ejecutado a muy corta distancia.
Se pudo constatar que faltaba el fusil FAL reglamentario del soldado, así como el chaleco y el cinto con las municiones. Intentaron robarse los cinco cargadores y en el camino se cayeron dos, por lo que se llevaron tres, con 60 municiones de guerra en total. No deja de llamar la atención que, en principio, nadie haya escuchado la estampida del disparo mortal, efectuado en medio de la noche silenciosa, en una zona descampada.
En el caso de Chajarí, de haber sido abordado por delincuentes con el fin del robo, creen que Bermani debería haber visto algo previamente, y en tal caso iniciar el protocolo de acción dando aviso a los superiores. Además, el joven era corpulento y tenía conocimientos de karate. Aunque también pudo haber sido sorprendido y desarmado en el acto. A su vez, otro punto que llama la atención es que el cuerpo haya sido arrojado fuera del predio del Ejército, por arriba del alambrado que quedó con las evidencias de tal accionar. Fabricio Bermani estaba en pareja desde hacía poco tiempo y esperaba un bebé: su novia está embarazada de cinco meses.